Desde hace unas semanas, peces y crustáceos tienen un nuevo hogar en México, casas subacuáticas con paredes y techos adaptados a cada especie gracias al «arrecife urbano» que el artista británico Jason de Caires Taylor ha creado dentro del Museo Escultórico Subacuático de Cancún (MUSA).
«La idea es hacer un arrecife artificial, un «arrecife urbano». Hice las casas con la ayuda de biólogos del Parque Marino Nacional y las hemos adaptado para que las diferentes especies puedan vivir en ellas», explicó en entrevista con Efe el escultor, amante del buceo y de la belleza del Mar Caribe.
Aunque por fuera las casas parecen como cualquier vivienda habitada por humanos pero hecha de un cemento especial, por dentro cada una de ellas está adaptada para las distintas especies marinas, con habitaciones construidas de forma particular para que se sientan atraídas y comiencen a vivir ahí.
Por ejemplo, hay una para crustáceos como las langostas, que prefieren espacios planos en donde puedan escalar, y para los peces a los que les gustan los espacios grandes y oscuros se ha construido una especie de cuevas, explicó el escultor.
Las construcciones están dentro del Parque Marino Nacional, en el MUSA, que fue construido hace dos años, tiene casi 500 esculturas a tamaño natural bajo sus aguas y cuenta con dos «salas de exhibición» conocidas como «Manchones» y «Nizuc».
La sala Manchones se ubica a treinta minutos en barco de la turística ciudad de Cancún (en el este de México), muy cerca de Isla Mujeres, mientras que la galería de Nizuc se encuentra al sur de Cancún, muy cerca de la zona hotelera.
El objetivo del artista británico y de los creadores del museo era que las esculturas se integraran en el fondo marino hasta el punto de que los corales crecieran pegados a ellas.
«Estamos teniendo muy buenos resultados y estoy comprobando que cada año hay más y más corales por lo que nos está yendo muy bien», aseguró el artista que ahora ha querido centrarse también, además de los corales, en los animales marinos con estas casas que comenzaron a colocarse hace seis semanas.
«Tenemos muchos peces, no están perfectamente colocados ni hay uno de cada especie pero ya hay muchos viviendo allí», aseguró el escultor, quien explicó que para construir las casas se dedicó a la observación, a ver el hábitat marino y las áreas que los animales prefieren.
«La idea es que se convierta en un lugar para vivir, un arrecife con muchas criaturas, pescados y corales viviendo todos juntos, eso sería lo bonito», apuntó De Caires.
El principal objetivo del museo, impulsado por la Secretaría del Medio Ambiente de México y la Asociación de Náuticos de Cancún, es proteger la barrera de arrecifes de coral frente a las costas de Cancún, que ha sufrido daños importantes debido a embarcaciones, huracanes y por la presencia de miles de turistas que practican el buceo en la zona.
«La idea es crear este parque subacuático para que los visitantes se alejen de los arrecifes naturales y no haya personas a su alrededor haciendo «snorkel» o buceando, molestándolos. Alejamos a esas gentes de esos lugares y las traemos aquí a estas áreas más controladas», explicó.
«Lo que está pasando es que muchos turistas están visitando los arrecifes y causando desastres, por lo que estamos intentando proveer de una alternativa diferente», añadió el artista.
Dada su ubicación subacuática, a cinco metros de profundidad, el museo se visita haciendo snorkel o submarinismo, aunque De Caires aseguró que también puede visitarse dentro de un submarino con el que el parque cuenta.
Cada año visitan el Parque Marino Nacional unas 750.000 personas y unas 200.000 acuden a ver el museo que tiene esculturas de otros artistas además del británico, aunque siempre supervisadas por De Caires, quien es el director de arte del museo.