En la Universidad de Santiago de Chile (Usach) acaban de inaugurar un “inédito edificio”, como ellos mismos lo catalogaron, construido con materiales reciclados.
“Es el primero de la universidad y de los campus universitarios de Chile con este estándar… Este es un edificio afianzado y real, no un prototipo”, puntualiza Iván Jiménez, uno de los arquitectos a cargo de “Recicla”, nombre de esta construcción.
De acuerdo al Decano de la Facultad de Administración y Economía (FAE), Jorge Friedman, uno de los fines principales del edificio es fomentar una conciencia medioambiental en la comunidad universitaria. “Es una forma de gritar: ‘reciclemos’”, sostiene.
Respecto a los costos, resalta que estos “bordean” los $700 millones (de pesos chilenos, 1 millón 60 mil dólares estadounidense, aproximadamente), lo cual “es tremendamente competitivo”, asegura e incluso aventura que “se puede decir que es el edificio más económico construido en una universidad chilena y que reúne todos los estándares”.
Detalles de la construcción
El edificio posee una superficie de 740 metros cuadrados aproximadamente, los cuales se distribuyen en dos bloques de dos niveles cada uno. Cuenta con tres salas de clases, dos salas de estudios -una de las cuales se convierte en teatro al aire libre- y espacios techados para uso de los estudiantes.
Los arquitectos a cargo del proyecto, que demoró un año en ser construido completamente, explican que para realizarlo utilizaron containers marítimos dados de baja, con el objetivo de “sacar la idea de que los contenedores y sistemas modulares son solo para campamentos y construcciones de faena, llevándolos a un estadio distinto”.
Además, señalan que utilizaron maderas nobles rescatadas de antiguas casas de Santiago que se encontraban en proceso de demolición. “La madera de las terrazas eran antiguos pilares y vigas de casas que se formatearon para darle un nuevo uso”, explica Jiménez.
El arquitecto agrega que “dentro de este cambio inmobiliario de Santiago a veces voraz, hay muchos árboles de estas casas en proceso de demolición que iban a ser arrancados y los trajimos. Aquí tenemos liquidámbar, cotoneaster y laureles trasplantados”.
Willy Muñoz, otro de los arquitectos abocados al proyecto, destaca el uso de termopaneles vidriados y del acero, ya que “son de los materiales más reciclados en la construcción. Por eso, por un lado, está el hecho de que fue construido con materiales reciclados y, por el otro, el potencial de que el edificio se recicle a sí mismo”.
Los ingenieros de la iniciativa, Daniel Alvarado y Luis Leiva, destacan la manera en que resolvieron las complejidades que implicó un proyecto de vanguardia como este y una circunstancia en particular.
“Justo debajo del edificio pasa un tren que va hacia la Estación Central. Los datos decían que el túnel estaba a 16 metros, pero cuando comenzó la excavación, a menos de un metro nos encontramos con esto. Por lo tanto, las fundaciones, que por lo general están bajo los edificios, debieron desplazarse para esquivar el túnel. Aunque fue una dificultad adicional, se resolvió muy bien”, señalan.
Edificio sustentable
Los realizadores de la obra subrayan que los termopaneles permitirán trabajar hasta las 21.00 horas sin luz artificial durante época de verano.
Por otra parte, se encuentran en construcción recipientes de reciclaje hechos también con material recuperado, para que la edificación se instale como referente en materia de sustentabilidad al interior del campus.
Finalmente, el arquitecto Iván Jiménez indica que también se instalará a futuro “un envolvente ambiental que permitirá que este edificio tenga un costo de aire acondicionado muy bajo. Tendremos fachadas ventiladas y se producirán corrientes de aire que permitirán un gasto mínimo”.