Sandra Isabel Jiménez Mateos *
Entre el 16 y 17 de julio de 2012 se produjo el rompimiento de un tempano del glaciar Petermann, al noroeste de Groenlandia, el cual tenía una superficie de 117 kilómetros cuadrados, lo que era el doble de la isla de Manhattan. Previamente, según la información de la NASA, en el 2010, otro glaciar se había desprendido.
Imágenes difundidas por la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA), mostraron el desprendimiento de este gran pedazo de hielo, proveniente de un río de hielo flotante llamado “Lengua de Hielo”, que es parte del glaciar Petermann.
Las imágénes de la NASA También mostraban el movimiento descendente del témpano, a lo largo de un fiordo en la costa noroeste de Groenlandia, en movimiento hacia aguas abiertas.
Con esta nueva “isla de hielo” flotante, la fisura había sido observada previamente -incluso desde el 2001- por los científicos, quienes han referido, que los cambios que hoy se ven en Groenlandia no se habían observado en los 150 años previos:
Andreas Muenchow, de la Universidad de Delaware, uno de los primeros en notar el rompimiento, mencionó: ‘»Es una de las manifestaciones de que Groenlandia está cambiando muy rápidamente'», puntualizó. Y los cambios son tan rapidos que las aguas del Atlántico que están derritiendo el glaciar parecen estar más calientes, según registros que datan del 2003.
La referencia se hace también a que estas modificaciones obedecen al acelerado cambio climático y como soporte está la anotación de que el pasado mes de junio se produjo la mayor pérdida de hielo sobre el océano que se tenga registrada.
El Espectrómetro de Imágenes de Resolución Moderada, o MODIS, instalado en el satélite AQUA pudo recolectar información sobre el hecho al ser este un aparato con orbita polar, por lo cual pasa varias veces en el día sobre las regiones polares, por lo cual pudo mostrar el rompimiento generado entre el 16 y 17 de julio.
Andreas Muenchow afirmó que la mayor parte de los desprendimientos de icebergs ocurre a 600 metros de profundidad, donde el agua es más caliente que en la superficie, por lo cual el proceso no puede ser observado en su totalidad.
El científico también anotó que a pesar del tamaño el témpano tendrá poco efecto en la elevación de los niveles del océano, ya que la plataforma de hielo flotante de entre 100 a 150 metros de espesor “se encuentra en aguas oceánicas cercanas al punto de congelación'», agregó.
«En esta época del año, siempre cuidamos el glaciar Petermann», dijo Trudy Wohlleben, del Servicio Canadiense del Hielo, entidad que ha estado pendiente del fenómeno, al tener el antecedente que de ese glaciar pueden desprenderse grandes témpanos que ocasionalmente invaden las rutas marítimas del Atlántico Norte o las plataformas petroleras en los Grandes Bancos de Terranova, que fue lo que ocurrió con el gran iceberg de 2010, el cual no provocó daños afortunadamente.
* Investigadora académica del IIESES de la Universidad Veracruzana