El viejo sistema en el que el maestro le habla a los niños con un mismo lenguaje y tipo de información para todos, en el que no conoce sus necesidades, debe dejarse atrás, por eso, existen otro tipo de sistemas educativos que ofrecen una mejor opción para la enseñanza.
Bulmaro Salazar Hernández licenciado en Física, Maestro en Ciencias y Doctor en Ingeniería eléctrica por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, explica que por las circunstancias de la vida, lo invitaron a un seminario de Programación Neurolingüística que le abrió las puerta a nuevas técnicas de aprendizaje como la lectura acelerada, una herramienta muy importante no sólo para leer más libros, sino para abrir el interés en otros campos y aprender.
Con las ideas de una forma distinta de aprendizaje, el doctor Salazar emprendió un proyecto de consultoría educativa privada en la que ha trabajado con “niños de 6 a 65 años”, que han sufrido problemas de aprendizaje. En su consultoría ayuda a desarrollar el potencial interior para desarrollarnos más, ya sea en el ámbito académico como personal.
Derivado de sus actividades en la consultoría, en el verano, a Bulmaro lo invitan a participar en un proyecto académico con Educarte Fundación, llamado Aula de Matemáticas, el enfoque es lo más lúdico posible y a esta aula le llegan simultáneamente niños de cuatro años hasta 12 años, desde primero de prescolar hasta quinto de primaria. “Yo trabajo con ellos, pero van a su propio ritmo, socializan el conocimiento, los más chicos siguen el ejemplo de los más avanzados, los más avanzados le explican a sus pares y los más atrasados le preguntan a sus pares y yo voy, entre otras cosas, aclarando dudas, como un guía, pero ellos se están abriendo camino. El viejo modelo con el maestro al centro, donde se usa el mismo lenguaje y enviando la misma información para todos, lo dejo de lado, así que en este modelo me vuelvo parte del trabajo, del experimento, aprendo con los niños.
“Antes de involucrarlos en el aula yo tengo que conocerlos, quiénes y cómo son, cuál es su problemática; primero debo tratar de apoyarlos en sus necesidades emocionales y estar consciente de ellos para poder trabajar. Voluntariamente se les deja que tomen la decisión de llegar al aula y trabajo con ellos un mes prácticamente para conocerlos y mientras, también hago un diagnóstico de cuál es su nivel”, explicó Bulmaro.
En el aula de trabajo, el doctor dijo que llega a tener 20 alumnos, grupos en los que trabajan juntos niños de diferentes edades, donde ven la misma temática de la SEP, pero reclasificada para acoplarla a todos los niños, desde el más pequeño al más avanzado, aunque cada quien tiene el mismo nivel cognitivo.
Este tipo de educación es una formación paralela que podría sustituir al sistema tradicional, lo cual es parte del plan de este proyecto, dijo Bulmaro. Asimismo, explica que otra de las ventajas del sistema es que, aunque él es el guía principal, dentro del aula hay otras personas, como psicólogos y pedagogos que apoyan a los alumnos y al maestro.
En cuanto al formato de la clase, explicó que los lunes hay presentación del nuevo tema y antes de entrar en él se hacen ejercicios de activación, movimientos corporales para activar el aprendizaje, y sobre todo, “siempre hay que cambiarle el esquema a los niños porque a ellos lo que más les gusta es lo inesperado, que los sorprendas, que llegues con cosas nuevas. Les gusta involucrarse mucho, que hagas experimentos, que les platiques o que ellos cuenten sus historias, por eso siempre hay que vincular el tema que vas a ver con lo que ellos ya saben y traen de casa, y darle seguimiento.
“En cada actividad se les da un estímulo positivo, no se le compara con los otros alumnos porque cada quien tienen su propio ritmo. Se estimula que los niños aprendan de las fortalezas de los demás y que combinen las suyas con las de los otros”, dijo Bulmaro.
Durante las actividades, el sistema plantea darles un enfoque fenomenológico a los niños, porque ellos quieren explorar, descubrir, saber cómo funcionan las cosas, porque los niños tienen curiosidad y el mundo cada día es diferente, así que deben saber identificarlo. Asimismo, este sistema no sólo los ayuda a aprender matemáticas sino que forma niños independientes, autogestivos, con una autoestima e inteligencia emocional mayor, que no sólo los ayuda en el aula sino en su vida.