Kim Nasmyth, de 63 años, es un investigador de renombre codescubridor de la cohesina, un complejo proteico crucial para la segregación de los cromosomas durante la división celular. Entre otros premios y distinciones, es miembro de la Organización Europea de Biología Molecular, de la Royal Society y miembro honorario extranjero de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias. Este científico británico, es también un apasionado por la escalada o el alpinismo.

Muchos de tus estudiantes se han convertido en científicos de gran éxito… ¿Cómo eres como mentor?

Debo admitir que no soy muy compasivo, no llevo a mis alumnos de la mano. En cambio, los ayudo a pensar con claridad, a ser ambiciosos, a esperar mucho, pero también a distinguir entre lo que es factible y lo que no. Intento enseñarles a esforzarse por dar una explicación, no solo para producir datos.

¿Qué es la ciencia para ti?

Creo que la fuerza impulsora de la ciencia es darse cuenta de que hay un problema: es lo que yo llamo el síntoma \’Apollo 13\’. Por otra parte, lo más peligroso en ciencia es creer que ya lo has aprendido todo, que lo puedes explicar todo. De hecho, cuanto más aprendes, más preguntas aparecen. Un poco de conocimiento genera una gran cantidad de ignorancia. Y creo que esto es lo que define la verdadera ciencia: que cada pregunta que haces, al ser respondida, plantea una serie de preguntas igual o más interesantes.

Compartes el lema de la Royal Society nullius in verba, \’no creas la palabra de nadie\’. ¿Crees que la ciencia puede ayudar a crear una sociedad basada en la evidencia?

Creo que la forma científica de hacer las cosas y una mentalidad científica deben tener un papel importante en esto. Pero creo que en este momento la ciencia está en crisis, como lo señala un reciente artículo en The Economist. Hemos creado una carrera científica que está alentando un tipo de investigador interesado solo en complacer a sus compañeros, y no en la búsqueda de la verdad. Hemos perdido nuestra brújula moral, porque hemos perdido nuestra fe en Dios: no podemos olvidar que muchos grandes científicos de nuestro tiempo eran religiosos, y que el miedo a quemarse vivos en el infierno les ayudó a mantenerse fieles a la verdad. Hemos perdido ese miedo, y ahora hay que recuperar esa moral en ausencia de Dios.

¿Quizás algunos científicos han perdido la moral, pero no hay un sistema de control para la investigación publicada?

Sí, tenemos un control de revisión por pares, pero este es un concepto global, amorfo. Hemos perdido el control por parte de la comunidad más cercana, la gente que te conoce, que sabe cómo trabajas. Esta es la verdadera manera de controlar. Nadie publicaría nunca algo que las personas que lo rodean, la gente que le importa, no considerasen valiosa.

¿Cómo se puede mejorar el sistema de control?

Habría que cambiar el esquema de recompensas y todo el sistema de revisión por pares. Y deberíamos ser despiadados, cerrar las cosas que no funcionan.

 

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