Un equipo de astrónomos ha descubierto por primera vez un choque entre dos concentraciones de materia expulsada a alta velocidad de un agujero negro supermasivo. Este descubrimiento se realizó mientras se montaba una película de lapso temporal del chorro de plasma expulsado de un agujero negro supermasivo en el interior de una galaxia situada a 260 millones de años luz de la Tierra.
El descubrimiento ofrece nuevos datos sobre el comportamiento de los chorros parecidos a las «espadas láser» que tienen tanta energía que parecen ser expulsados de los agujeros negros a velocidades varias veces superiores a la velocidad de la luz. Este desplazamiento «superlumínico» es una ilusión óptica debido a que fue captado desde nuestra línea de visión y a velocidades muy rápidas.
Tales chorros extragalácticos no se conocen bien. Parecen transportar plasma energético confinado en un haz desde el agujero negro central de la galaxia que lo alberga. El nuevo análisis sugiere que los choques producidos por colisiones en el interior del chorro aceleran las partículas aún más e iluminan las regiones de colisión del material.
El vídeo del chorro fue montado con imágenes recogidas durante dos décadas por el Telescopio Espacial Hubble de la galaxia elíptica NGC 3862, la sexta galaxia más brillante y una de las pocas galaxias activas con chorros vistos en luz visible. El chorro fue descubierto en luz óptica por el Hubble en 1992. NGC 3862 se encuentra en un rico cúmulo de galaxias conocido como Abell 1367, que se encuentra en la constelación de Leo.
El chorro de NGC 3862 tiene una estructura de nudos brillantes de material a modo de collar de perlas. Aprovechando la aguda resolución del Hubble y la estabilidad óptica de largo plazo, Eileen Meyer del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (STScI) en Baltimore, Maryland, montó un vídeo con los datos de archivo para comprender mejor los movimientos de chorro. Meyer se sorprendió al ver un nudo con una velocidad aparente siete veces la velocidad de la luz alcanzando a otro nudo superlumínico más lento.
La colisión resultante causó una fusión de ambas con una iluminación significativa. «Algo como esto nunca se ha visto antes en un chorro extragaláctico», dijo Meyer. «Mientras los nudos sigan fusionándose brillarán más en las próximas décadas. Esto nos da una muy rara oportunidad de ver cómo la energía de la colisión se disipa en radiación».
(NASA)