Cuando observamos una cara neutra, con todos sus músculos relajados, tendemos a buscar en ella algún rasgo para intentar asignarle un significado emocional. Una investigación en la que participan investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) revela que en el cerebro se activan las mismas áreas al observar una cara neutra o una expresiva, algo que se desconocía hasta ahora.
“Potencialmente, un rostro neutro puede transmitir al cerebro la misma información que una expresión facial”, explica Marcos Ríos-Lago, investigador del departamento de Psicología Básica II de la UNED y uno de los autores del estudio.
El trabajo, publicado en Experimental Brain Research, refleja que, cuando vemos una cara, sea o no expresiva, se activan en nuestro cerebro las mismas áreas. Estas zonas son, por un lado, regiones del lóbulo occipital derecho implicadas en reconocer la identidad y, por otro, regiones que hasta ahora se habían asociado con la percepción de expresiones faciales, localizadas sobre todo en el hemisferio derecho, como es la porción posterior del giro temporal medio.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron resonancias magnéticas funcionales a 21 participantes, quienes tenían que responder varias preguntas sobre las caras neutras y expresivas que se les iban presentando a través de fotografías. Así, debían clasificar los rostros en masculinos o femeninos, e indicar si les parecían agradables o desagradables.
“Aunque para cada una de estas tareas existen áreas de activación que son diferentes, las zonas del cerebro responsables del procesamiento de las emociones se activaron en ambos casos”, indica Fernando Carvajal, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid y autor principal del estudio.
El trabajo, en el que también participan la Fundación CIEN-Fundación Reina Sofía y el Hospital Ruber Internacional, revela otro dato que no se conocía hasta ahora. Las caras neutras producen un aumento de la actividad en los cuerpos mamilares, dos esferas simétricas de la base del cerebro, relacionadas con la memoria, que no se sabía que también intervenían en el procesamiento facial.
Clave en la demencia
Aunque el lenguaje sea el medio más adecuado para comunicarse, la expresividad facial se convierte en imprescindible en niños, personas con discapacidad o con enfermedades neurodegenerativas, con competencias lingüísticas muy limitadas.
“El reconocimiento emocional únicamente se altera de manera severa en fases muy avanzadas de la enfermedad, mientras que la comprensión lingüística puede verse reducida desde el principio del cuadro”, afirma Ríos-Lago.
De esta forma, los familiares y cuidadores de personas con demencias o con discapacidad deberían evitar las caras neutras ya que pueden ser interpretadas de manera errónea.
“El hecho de que el cerebro no solo atribuya significado afectivo a caras que expresan alegría, enfado o tristeza, sino que también trate de hacerlo cuando percibe una cara neutra debería tenerse en cuenta en el diseño de programas dirigidos a familiares y cuidadores de personas con dificultades lingüísticas”, recomienda el investigador de la UNED.
Referencia bibliográfica: Fernando Carvajal, Sandra Rubio, Juan M. Serrano, Marcos Ríos‑Lago, Juan Álvarez‑Linera, Lara Pacheco y Pilar Martín. “Is a neutral expression also a neutral stimulus? A study with functional magnetic resonance”, Experimental Brain Research, 228 (4), agosto 2013. DOI: 10.1007/s00221-013-3578-1.