Investigadores de Pereira (Risaralda) desarrollaron módulo de interfaz ocular que, integrado al sistema funcional de una silla de ruedas, les permite a personas con discapacidad controlar su desplazamiento a través de comandos oculares.
Las señales inalámbricas generadas por el monitoreo constante de una determinada sección del ojo, a través de un dispositivo de adquisición, son alojadas en un software de visón artificial (procesamiento digital de imagen) el cual se encarga de extraer las coordenadas del movimiento ocular. El ingeniero electrónico Sebastián Ferro explicó que “esas coordenadas ya no son imágenes, ahora son datos numéricos que se procesan de tal manera que pueda entender cuando el usuario ve arriba, abajo o a los lados, y con base en ello se plantea un protocolo” con el cual, se establece una serie de comandos que permitirán el desplazamiento de la silla de ruedas.
Los investigadores e ingenieros electrónicos Sebastián Ferro y Jaime Forero, en conjunto con Tecnoparque- SENA, debieron construir inicialmente un robot que, según explica Ferro, “es el encargado de convertir las señales eléctricas que entrega el computador, en señales eléctricas que entienda la silla de ruedas”. Sin embargo, fue necesario realizar el estudio del módulo de mando o control propio de la silla (Joystick).
“Cogimos ese módulo que recibía las ordenes con la mano, lo estudiamos y encontramos qué señales eléctricas necesitaba para funcionar como si lo estuviera moviendo con la mano”, señala el ingeniero. De este modo, se desarrolló una tarjeta acopladora para la recepción de las señales del robot y su conversión en las señales necesarias para el control ocular de la misma, estableciendo finalmente la conexión entre ojo y silla de ruedas.
Durante la etapa inicial del sistema, los comandos de movimiento dificultaban el uso de la silla de ruedas. Ferro manifestó que “inicialmente estábamos fraccionando el área del ojo con una cuadrícula, lo que hacía complicado girar o avanzar; entonces, a lo que llegamos fue que ya no lo dividíamos en cuadrantes, sino en trapecios”, de esta manera, los comandos oculares que controlan la silla se reflejaban en la posibilidad de realizar con facilidad distintos movimientos en cualquier dirección. Así, “el movimiento se hace más intuitivo”, expresó Ferro.
Para el efectivo funcionamiento del dispositivo el usuario debe calibrar el sistema, para lo cual, con las gafas o dispositivo de adquisición puesto, mirará durante 5 o 10 segundos un punto medio de su campo de visión. Por otra parte, si la persona desea detenerse y observar su entorno, podrá desactivar o conmutar a un sistema sin control cerrando consecutivamente tres veces el ojo, de la misma forma, se reactiva el funcionamiento del sistema. De este modo, el usuario no tendrá limitaciones visuales.