Por su trabajo en favor de la investigación y la conservación de la riqueza cultural de México, el Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO entregó una medalla al Instituto Nacional de Antropología e Historia, “porque no existe una sola institución cultural o responsable del patrimonio que sea capaz de generar políticas nacionales relacionadas con todas y cada una de las convenciones culturales de la UNESCO, salvo el INAH”.

El reconocimiento, otorgado en el Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, donde se efectuó el Encuentro Hacia un Plan de Conservación Internacional de Sitios Mayas del Patrimonio Mundial, también fue entregado al doctor David Stuart, de la Universidad de Texas en Austin; al arqueólogo Enrique Nalda (in memoriam), recibida por su viuda Rebeca Panameño, y a la revista Arqueología Mexicana.

Tras recibir la medalla, de manos de la doctora Nuria Sánz, jefa de la Unidad de Patrimonio Mundial para América Latina y el Caribe de la UNESCO, Alfonso de Maria y Campos, director general del INAH, señaló que “el Instituto representa más para los mexicanos que ninguna otra institución cultural de México, dado que trata lo más cercano a nuestros orígenes, a nuestra identidad y a nuestra razón de ser, de manera transversal, por medio de la arqueología, la antropología y la historia.

“Este reconocimiento —continuó— es para toda la gente del Instituto Nacional de Antropología e Historia porque es mucho el trabajo que se ha hecho en los últimos años”, luego de destacar la activa participación del personal del INAH en las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, “porque como gente de ciencia y de cultura hemos participado en Patrimonio Mundial, Inmaterial, Patrimonio Sumergido, Diversidad Cultural y desde luego en las relativas a Humanidades”.

De Maria y Campos indicó que el INAH ha participado en todas las áreas referidas, “no solo para colaborar sino para ceder la gran experiencia acumulada en 73 años de existencia del Instituto y compartirla con todos los pueblos de Latinoamérica”.

En su intervención, la representante de la UNESCO, Nuria Sánz, dijo que la medalla elegida y entregada al INAH, fue instituida por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en 1948 y, se otorga por su “ejercicio de la cultura”.

Asimismo, destacó la tradición del INAH, cuyos orígenes se remontan a 1825 —con el antiguo Museo Nacional—, así como a 1939 cuando fue creado por decreto del presidente Lázaro Cárdenas; además del registro y protección del patrimonio arqueológico, su labor de docencia e investigación, y su exhaustivo monitoreo de zonas arqueológicas (186), así como la implementación de planes de manejo en buen número de éstas.

Nuria Sánz puntualizó que el reconocimiento es para el “esfuerzo colectivo del Instituto” y por su labor educativa, “a sus grandes maestros por haber creado escuela, porque hay nombres y apellidos que desde luego hay que galardonar”; además porque “el mundo maya no es algo que necesite de la lista de la UNESCO, es el Patrimonio Mundial el que necesita de los sitios mayas; esta labor de conservación ha sido fundamental para la implementación de la Convención de Patrimonio Mundial”.

Sobre la inscripción de los sitios mayas en la Lista de Patrimonio Mundial, la representante de la UNESCO agregó que se trata de lugares que tienen un valor excepcional, “no porque lo haya dicho una persona cualificada sino porque está detrás un pasado y un presente científico, y es lo que hoy venimos a conmemorar y a agradecer”.

Medalla de la Unesco al INAH

Por su parte, el doctor David Stuart, galardonado también con dicha medalla, tras recibir el reconocimiento con gran emoción, señaló que el actual conocimiento de la escritura y la historia de la antigua civilización maya “se debe al trabajo de muchas personas; a la colaboración con sus colegas y al apoyo de varias instituciones de Estados Unidos, México y Guatemala”.

El reconocido epigrafista y docente de la Universidad de Texas en Austin, cuyas investigaciones han sentando las bases para la metodología moderna en el desciframiento de los jeroglíficos mayas, dijo que “estamos en un momento especial en el conocimiento de la escritura de esta cultura, pues nunca como ahora estamos en posibilidad de hablar de una historia de la civilización maya, ya identificamos sus dinastías y su proceso social y político; por lo que aún queda mucho trabajo por hacer, al menos durante el presente siglo”.

También la maestra Rebeca Panameño recibió la medalla otorgada in memoriam al doctor Enrique Nalda, quien fue uno de los arqueólogos más connotados y reconocidos del INAH y profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) por más 30 años. Realizó investigaciones sobre el origen y el colapso de las sociedades mesoamericanas, particularmente sobre el declive de las urbes mayas de la región sur de Quintana Roo, durante el periodo Clásico (300 – 900 d.C.), y que investigó a largo de 25 años en zonas como Kohunlich.

Asimismo, la medalla de UNESCO se otorgó a la publicación Arqueología Mexicana, por su sostenida labor de difusión de las investigaciones antropológicas que se realizan en México, desde 1993. Con un tiraje de 37 mil ejemplares, la revista especializada ha dedicado su portada al área maya en más de 30% de sus ediciones.

Al respecto, María Nieves Noriega, directora de la publicación, señaló que Arqueología Mexicana “ha tratado en casi 20 años de juntar voluntades de los científicos, para que nos confiaran sus textos y tuviéramos la posibilidad de traducirlos para alcanzar otra voluntad: la del lector.

Organizado por el INAH y el Centro de Patrimonio Mundial Unidad de América Latina y el Caribe, de la UNESCO, el Encuentro Hacia un Plan de Conservación Internacional de Sitios Mayas del Patrimonio Mundial buscó hacer un diagnóstico de su situación, para diseñar un plan de conservación integral de las zonas arqueológicas de esta área cultural, con la participación de más de 30 especialistas de Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y México.

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