El Subcomité Nacional para la Conservación, Protección y Manejo del Manatí propuso el 7 de septiembre como fecha para celebrar el Día Nacional del Manatí, gracias a las personas de Catazaja, Chiapas, quienes desde muchos años antes ya festejaban a esta importante especie precisamente en este día.
De tal manera que desde 1999 se celebra en México tal fecha y cada año se realizan diversas actividades para difundir entre la población la importancia de proteger y conservar a esta especie. A partir de 2012 se sumó la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), así como distintas organizaciones y universidades del país.
Además de ser el único mamífero marino herbívoro conocido, el manatí es un animal de sangre caliente que respira a través de sus pulmones y amamanta a sus crías con leche producida en las glándulas mamarias de la madre. Como se alimenta de plantas acuáticas (mangle, pastos marinos, algas y lirios) también es conocido como vaca marina.
El manatí tiene una aleta al final de su cuerpo en forma de paleta o cuchara aplanada, que le permite impulsarse y desplazarse en el agua con gran facilidad. Tiene pelos en su cuerpo pero están distribuidos y solamente en su hocico son más notorios, dada la gran cantidad de bigotes gruesos que ahí le nacen. Tiene dos aletas o brazos cortos en la parte anterior de su cuerpo, las cuales presentan tres uñas; con sus aletas pueden conducir su cuerpo al nadar y sujetar su alimento. Su piel es rugosa y de color gris, aunque por lo regular se le puede ver un color verde por las algas que se le pegan al cuerpo.
Los manatíes son recicladores de nutrientes. Lo que comen y todo lo que desechan es muy importante, pues ayudan a que haya más nutrientes en el lugar donde viven, al tiempo que estimulan el crecimiento de varias plantas acuáticas y de otros animales.
Estos animales viven en aguas tropicales y subtropicales poco profundas, por ello es común encontrarlos en lagunas, ríos, bahías, estuarios y cenotes.
Un manatí recién nacido mide de 90 a 100 centímetros y cuando ya es adulto puede medir hasta tres metros y pesar de 500 a mil kilogramos.
Para tener un bebé, la mamá tiene un embarazo de 12 meses. Los bebés o críos toman leche de su madre durante uno o dos años y viven cerca de ellas de dos a cinco años. En general pueden vivir cerca de 60 años.
Los manatíes están en peligro de extinción. Su captura es ilegal y las principales amenazas que enfrentan son: la contaminación, la destrucción de sus hábitats costeros y lagunares, los golpes que pueden llegar a recibir por embarcaciones y barcazas, la muerte por redes de pesca y la cacería.
Afortunadamente se puede ayudar a evitar que este noble e inofensivo animal se extinga. No tirar basura en lagunas, ríos, mar o cenotes, u organizar jornadas de limpieza en dichas zonas; difundir información acerca del manatí; participar en las actividades de educación ambiental y compartirlas con la familia y amigos; no comprar o consumir carne o cualquier derivado del manatí; organizar eventos para celebrar el Día Nacional del Manatí, son tan sólo algunas maneras de participar.
Desde 1999, la Universidad Veracruzana –a través del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) y del Área Académica de Ciencias Biológicas y Agropecuarias– realiza tareas de educación, rescate, protección y actualmente rehabilitación del manatí en el Sistema Lagunar de Alvarado, las cuales han logrado que las personas de la región protejan y conserven esta especie y su hábitat natural.
El IIB, a través de un grupo de académicos liderado por Enrique Portilla Ochoa, ha tenido a su cargo por más de 18 años proyectos como “Educación ambiental y planeación participativa para la conservación del manatí en el Sistema Lagunar de Alvarado, Veracruz, México”.
Asimismo, una campaña permanente de educación y difusión para la conservación del manatí con la participación de las cooperativas pesqueras: Mujeres Experimentando, Laguna La Flota y La Mujer Costeña, S.C. de R.L.
Cabe mencionar la participación y colaboración de estudiantes de la Facultad de Biología, así como otras comunidades del Humedal de Alvarado. Estos proyectos exitosos han logrado la disminución de la cacería de la especie en la región y el cambio de actitud de la gente en cuanto a la protección del manatí.
Durante muchos años se ha contado con la participación de la Secretaría de Medio Ambiente, Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Conanp, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y el ayuntamiento de Alvarado; y con la colaboración de los miembros del Subcomité Nacional para la Conservación, Recuperación y Manejo del Manatí.
Para mayores informes escribir a los correos electrónicos: [email protected] y [email protected], teléfono 8418900 extensión 13408.
*Investigadora del IIB con más de 18 años trabajando en el Sistema Lagunar de Alvarado.