Un mural de estuco en relieve con policromía, que refiere a una de las dinastías mayas más antiguas e importantes de la antigua ciudad de Dzibanché, en Quintana Roo, así como fragmentos de estuco, forman parte de los últimos descubrimientos registrados el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), que revelan que dicho lugar fue habitado hasta el siglo XIII, y no hasta el XI, durante el llamado “Colapso Maya”, cuando se cree fueron abandonadas por completo las urbes de las Tierras Bajas.

La arqueóloga Sandra Balanzario, responsable del proyecto de investigación en Dzibanché, informó que los datos que arrojan estos descubrimientos indican que esta ciudad estuvo habitada hasta el periodo Posclásico Tardío (1200-1550 d.C.), “lo cual es relevante porque nuestras investigaciones anteriores apuntaban a que la ocupación solo había llegado hasta el Clásico Terminal (800-1000 d.C.)”.

Los hallazgos son dados a conocer luego de que especialistas reanudaron hace unos meses las investigaciones que el arqueólogo Enrique Nalda (1936-2010) efectuaba en esa antigua urbe maya, y quien durante sus últimas exploraciones encontró restos humanos y decenas de objetos de ofrendas, entre los que destaca un punzón de hueso labrado con la escena de un sacrificio humano.

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