Sandra Isabel Jiménez Mateos *
La sonda Voyager 2 de la NASA, se convirtió en el segundo objeto hecho por el ser humano en abandonar el Sistema Solar, el 5 de noviembre de este año, después de un viaje de más de 41 años.
Los científicos confirmaron que la Voyager 2 salió de la heliosfera, la burbuja protectora de las partículas y los campos magnéticos creados por el Sol, el el 5 de noviembre, al comparar los datos de diferentes instrumentos a bordo de la nave espacial. Este límite, llamado heliopausa, es donde el viento solar caliente y tenue se encuentra con el medio interestelar frío y denso.
La Voyager 2 se lanzó 16 días antes que su nave gemela, la Voyager 1, el 20 de agosto de 1977 desde Cabo Cañaveral, en un cohete Titán-Centauro y es idéntica a su sonda hermana, la Voyager 1.
Sin embargo, la trayectoria más veloz de la Voyager 1 le permitió alcanzar «el espacio entre las estrellas» seis años antes que la Voyager 2, al abandonar el Sistema Solar el 25 de agosto de 2012, a poco más de 19 000 millones de kilómetros del Sol
La noticia de la salida de la Voyager 2 del Sistema Solar fue revelada en una reunión de la Unión Geofísica Americana (AGU, por sus siglas en inglés) en Washington, Estados Unidos.
La Voyager 2 ahora está a un poco más de 18 mil millones de kilómetros de la Tierra, pero aún así los operadores de la misión aún pueden comunicarse con la Voyager 2 en esta nueva fase de su viaje, pero la información -que se mueve a la velocidad de la luz-, toma aproximadamente 16.5 horas para viajar desde la nave a la Tierra. En comparación, la luz que viaja desde el Sol tarda unos ocho minutos en llegar a la Tierra.
La evidencia más convincente de la salida de la Voyager 2 de la heliosfera provino de su «Experimento de ciencia de plasma» (PLS) a bordo (un instrumento que dejó de funcionar en la Voyager 1 en 1980), mucho antes de que la sonda cruzara la heliopausa. Hasta hace poco, el espacio que rodeaba a la Voyager 2 estaba lleno predominantemente de plasma que salía de nuestro Sol. Esta salida, llamada viento solar, crea una burbuja, la heliosfera, que envuelve a los planetas de nuestro sistema solar. El PLS utiliza la corriente eléctrica del plasma para detectar la velocidad, densidad, temperatura, presión y flujo del viento solar. El PLS a bordo del Voyager 2 observó un fuerte descenso en la velocidad de las partículas del viento solar el 5 de noviembre. Desde esa fecha, el instrumento de plasma no ha observado ningún flujo de viento solar en el ambiente alrededor del Voyager 2, lo que hace que los científicos de la misión confíen en que la sonda haya Dejó la heliosfera.
Los científicos definen el sistema solar de diferentes maneras, por ello el profesor Ed Stone, científico del proyecto Voyager con base en Caltech en Pasadena, California, siempre ha tenido mucho cuidado de no usar la frase «abandonar el sistema solar» en relación con su nave espacial.
Se considera que el límite del sistema solar está más allá del borde exterior de la Nube de Oort, una colección de pequeños objetos que todavía están bajo la influencia de la gravedad del Sol. El ancho de la Nube de Oort no se conoce con precisión, pero se estima que comienza en unas 1.000 unidades astronómicas (UA) desde el Sol y se extiende hasta unas 100.000 UA. Una UA es la distancia del Sol a la Tierra. El Voyager 2 tardará unos 300 años en alcanzar el borde interior de la Nube de Oort y posiblemente 30.000 años en volar más allá.
Las sondas Voyager se alimentan con calor de la descomposición del material radioactivo, contenido en un dispositivo llamado generador de radioisótopos (RTG). La potencia de salida de los RTG disminuye en aproximadamente cuatro vatios por año, lo que significa que varias partes de los Voyagers, incluidas las cámaras de ambas naves espaciales, se han apagado con el tiempo para administrar la energía.
«Creo que todos estamos contentos y aliviados de que las sondas Voyager hayan operado el tiempo suficiente para superar este hito», dijo Suzanne Dodd, gerente del proyecto Voyager en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California. «Esto es lo que todos hemos estado esperando. Ahora estamos esperando con ansias lo que podremos aprender al tener ambas sondas fuera de la heliopausa «.
- Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), Universidad Veracruzana