¿Es la droga la que lleva a los jóvenes a iniciarse en la delincuencia o, al revés, es el delito lo que los induce al consumo? Esa es una de las preguntas fundamentales que busca responder el proyecto Fondecyt “Trayectorias delictuales y uso de drogas en infractores adolescentes”.
A cargo de un grupo multidisciplinario, encabezado por el director del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), Eduardo Valenzuela; la académica del ISUC Catalina Allende; la investigadora Paloma del Villar, y el psiquiatra Jorge Gaete, el estudio considera una muestra de 967 jóvenes infractores, que en 2012 se encontraban cumpliendo condena en centros cerrados, semicerrados y programas de libertad asistida de las regiones V, VI y Metropolitana.
Entre sus primeras conclusiones, la investigación arroja que el 35% de los jóvenes se inició antes en el consumo que en el delito y que el 33% comenzó con el delito antes que con las drogas. “Las drogas son uno más de los factores que pueden explicar el delito. De esta manera, no podemos afirmar que el consumo juega un rol central en la iniciación para todos los jóvenes, por lo que se debe seguir indagando qué papel tienen las drogas en el desarrollo de las trayectorias delictuales”, explicó Paloma del Villar.
Al evaluar por tipo de sustancia, la mayor prevalencia de vida se presenta para la marihuana. De hecho, el 95% de la muestra ha consumido alguna vez esta droga que, además, promedia la menor edad de inicio (11″9 años). Respecto de la cocaína y la pasta base, el comienzo se sitúa entre los 14 y 15 años.
El estudio también aborda las secuencias de iniciación de una droga a otra. En este marco, lo más frecuente es que los jóvenes comiencen con la marihuana y luego den paso a la cocaína (65% de quienes consumieron alguna vez marihuana, posteriormente probaron la cocaína en un período de 2″9 años).
La segunda secuencia más frecuente es el tránsito de la marihuana a la pasta base (36% de quienes consumen marihuana se inician luego en la pasta base). En contraposición, solo el 2% de quienes aseguraron haber comenzado con la pasta base pasaron posteriormente a la marihuana.
En cuanto a las secuencias de inicio en la actividad delictual, el hurto o robo menor son, en general, precursores de otros delitos considerados más graves (robo mayor, robo violento y delito violento). De hecho, el 53% de quienes cometen hurto se inician posteriormente en robo mayor, el 73% de quienes cometen hurto pasan al robo violento, y el 28% de quienes cometen hurtos transita hacia el delito violento.
“Estos datos reflejan que existe una secuencia común tanto en el consumo de drogas como en la actividad delictual, que va desde el inicio de actividades menos graves hacia actividades más graves, y consumo de drogas de menor riesgo a drogas de mayor riesgo, como cocaína y pasta base”, expresó Paloma del Villar.
La investigación fue presentada durante el seminario “Experiencias de juventud y delincuencia en contextos de vulnerabilidad”, que fue organizado por el Programa de Antropología UC.