La humanidad no está lejos del mejoramiento para crear individuos perfectos: con cero defectos, agradable presencia física, óptima salud y temperamento psicológico, además de las mejores capacidades y potencialidades intelectuales, entre otras virtudes, pero esto exige un debate ético sensible, dijo doctor Jean-Hugues Déchaux.
El sociólogo del Centro Max Weber y de la Universidad Lumière, Lyon 2, Francia, aseveró que la controversia al respecto es necesaria porque se gestarán y configurarán seres humanos producto de las decisiones de padres que proyectarán el diseño del perfil de sus hijos con el auxilio de las técnicas biotecnológicas, biomédicas y la genética.
En el campo de la genómica está en curso el debate sobre la intervención en el genoma del feto, debido a que existen técnicas eficientes que permiten hacer un “copy face” –como en plantas y animales– para asegurar que estará libre de enfermedades hereditarias. El mismo planteamiento existe para las células germinales en espermas y óvulos que tendrán efecto directo en la descendencia.
“Me parece crucial que esto salga del pequeño mundo de la genómica, porque técnicamente el ritmo de evolución de las innovaciones tecnológicas es tal, que de manera insensible vamos en esa dirección”, apuntó.
Y argumentó que “si como ciudadanos no tomamos la iniciativa de reflexionar políticamente en cuestiones que tienen que ver con las normas del bien común para definir qué tipo de sociedad queremos, en el marco de un debate público, temo que otros serán los que decidirán, en un camino que será irreversible”.
Al ofrecer la conferencia ¿Se puede hablar de una genetización del parentesco? –con la cual iniciaron los trabajos trimestrales del Departamento de Antropología, en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– indicó que la genetización del parentesco ha sido posible gracias a las innovaciones biotecnológicas y la fiabilidad de las operaciones de secuenciación de la totalidad, o parte, del genoma humano con reducidos costos económicos.
Esto ha sido promovido por la magnitud de los intereses económicos asociados al desarrollo de la medicina productiva y la terapia-genética.
Los bancos de espermas, a través de su oferta de servicio, promueven el vínculo genético en una relación mercantil entre la clientela –parejas de sexo distinto, del mismo sexo o mujeres solas– con el donante, asegurando la calidad biológica y genética para evitar enfermedades futuras en los hijos, además de conocer factores físicos, sociales, psicológicos y culturales del donante.
El especialista en familia y maternidad en el mundo contemporáneo planteó que no puede entenderse la evolución de las representaciones del parentesco, si no se establece una conexión con los aspectos biotecnológicos y económicos que caracterizan la evolución paralela de la sociedad.
Para algunos autores la genetización es una manera de pensar y entender al hombre y al mundo actual, al vislumbrar el futuro a partir del conocimiento probabilístico proporcionado por la genética y aplicado al parentesco que va a ser redefinido en términos de códigos de ADN y de marcadores genéticos determinados en el perfil genómico de cada persona, transmitiendo las propiedades de la herencia genética.
La complejidad de la genetización del parentesco se centra en que si bien las estructuras familiares van en dirección de un mayor reconocimiento del parentesco intencional, también surgen la polémica, el debate y el cuestionamiento sobre los principios del modelo de parentesco referido para las parejas del mismo sexo.
El principio que hasta hace pocos años era considerado como evidente y que definía el parentesco basado en la bilateralidad de una pareja de individuos de sexos distintos está siendo cuestionado, afirmó.
Las creencias relativas a lo que es un padre se pluralizan y difieren de manera creciente confrontando las visiones naturalista, religiosa, bíblica, filosófica y jurídica con la volitiva, basada en la voluntad de la persona que hace del parentesco un vínculo de intención de una decisión libremente asumida.
Hugues Déchaux sostiene que la genetización del parentesco es una visión liberal de la sociedad, resultado de un conjunto de sucesos demostrados, pero que por sí solo no puede resumir los cambios actuales del parentesco.
“Antes, lo que era fruto del destino o del azar, ahora dependerá más de un comportamiento responsable, tomando en cuenta los riesgos calculados por la estadística genética”, puntualizó.