Hoy, millones de personas se esfuerzan en encerrar en 140 caracteres sus pensamientos para compartirlos con el mundo vía esa red social de microblogging. De hecho en el 2016 al cumplir 10 años tenía ya 320 millones de usarios activos.
El primer prototipo fue usado internamente entre los empleados de Odeo, una empresa de base tecnológica radicada en San Francisco y especializada en podcast, que tuvo la mala suerte de nacer justo en el momento en el que Apple introdujo el podcasting en su reproductor iTunes. Su director, Noah Glass, animó a sus empleados a que pensaran en otros productos que pudieran garantizar la viabilidad de la empresa.
Aquellos trabajadores no eran otros que el propio Dorsey, Evan Williams, Biz Stone y Evan Henshaw-Plath, que concibieron en pocos días lo que hoy es Twitter. Menos Dorsey y Williams, los demás acabaron desvinculados del proyecto poco después. Henshaw-Plath vendió su parte por 7.000 dólares, lo suficiente para cumplir su sueño de comprar una vieja Wolkswagen y recorrer los EE UU.
Hoy medios de comunicación, marcas , políticos y famosos se han acostumbrado a transmitir información sobre sus trabajos y vidas personales a través de tuits que llegan a sus millones de seguidores en tiempo real, incluso antes de aparecer en las televisiones y periódicos convencionales.
Con 3.900 empleados en todo el mundo y más de 35 idiomas admitidos, Twitter se postula como una de las redes sociales más rentables y una ventana que permite participar en primera persona de todo lo que ha sucedido en los últimos diez años en el mundo y para todo lo que está por venir.