Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) inició análisis genéticos para probar la existencia de subespecies de la mascarita peninsular (Geothlypis beldingi), ave endémica de Baja California Sur.
La especie pertenece a la familia Parulidae —aves coloridas y de pequeño tamaño que habitan solo en el continente americano—, que se caracteriza por una mancha oscura alrededor de sus ojos que asemeja un antifaz y únicamente habita en los oasis sudcalifornianos.
El responsable del Laboratorio de Aves de la UABCS, el doctor Roberto Carmona Piña, profesor e investigador de dicha institución y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), mencionó que la hipótesis consiste en que la mascarita peninsular se divide en dos subespecies distribuidas en los oasis del norte y sur del estado.
En 1917, el ornitólogo estadounidense Harry C. Oberholser propuso la existencia de las subespecies, conjetura sostenida con técnicas de identificación propias de la época, basadas en comparaciones de coloración y el blanco del antifaz de los ejemplares, entre otras características.
Después de casi cien años, los científicos utilizarán técnicas actuales de biología molecular para comparar las cadenas de ácido desoxirribonucleico (ADN) de los ejemplares en busca de diferencias que comprueben que efectivamente se trata de dos subespecies.
“Es muy sencillo, desde una perspectiva conceptual, se extrae la muestra de algún tejido del ejemplar, con esto se determina el ADN y se compara entre las aves del sur y norte”, explicó Carmona Piña.
“Nosotros escogimos extraer sangre, porque es menos invasiva; le hacemos una pequeña punción en el ala y sacamos una muestra de sangre para posteriormente analizarla”, explicó.
Los estudios de ADN se realizarán en el Laboratorio de Biología Molecular de la UABCS y estarán a cargo del doctor Sergio Flores Ramírez, profesor e investigador del Departamento de Ciencias Marinas y Costeras de la institución.
Actualmente, la investigación sigue en la etapa de recolección de muestras de las aves de los oasis del sur del estado. La recolección de muestras de ejemplares de los oasis del norte se completó, junto con una evaluación de la población y marcaje de algunos individuos para estudiar su dispersión.
Especie en peligro
El doctor Roberto Carmona señaló que la población de mascarita peninsular se calcula entre dos mil quinientos a tres mil ejemplares, y de comprobarse la conjetura sobre la existencia de dos subespecies, las aves se encontrarán ante un serio problema de conservación.
“Si en realidad son dos subespecies, en el mejor de los casos tendremos una población de mil 500 individuos para cada subespecie. En este escenario, las necesidades de conservación se tendrían que adecuar para cada caso en particular”, mencionó Carmona Piña.
Detalló que el hábitat de la mascarita peninsular se compone por oasis que requieren de vegetación específica: tule, carrizo y junco.
En conjunto, precisó, estos ecosistemas tienen una extensión promedio de cinco kilómetros cuadrados y son vulnerables al impacto de fenómenos naturales como huracanes y principalmente de la mano del hombre.
“La mascarita peninsular tiene serios problemas de conservación porque habita únicamente los oasis de Baja California Sur; la superficie de los oasis es mínima, además tiene la condicionante de que debe existir tule o carrizo”, aseveró.
Datos del Laboratorio de Aves de la UABCS indican que en el oasis de San Ignacio, dentro de la Reserva de la Biosfera del Vizcaíno, en el municipio de Mulegé, los monitoreos de mascarita peninsular arrojan una disminución de alrededor de cuarenta por ciento de la población en comparación con los registros existentes en bibliografía especializada.
La Poza de Todos Santos: hábitat crítico
El coordinador de proyectos en Baja California Sur de Pronatura Noroeste, A.C. —una asociación dedicada a la conservación del medio ambiente y la biodiversidad—, Sergio González Carrillo, mencionó que una de las estrategias para la conservación de la mascarita peninsular es gestionar el nombramiento de hábitat crítico de La Poza, un oasis ubicado en Todos Santos, pueblo mágico del municipio de La Paz.
Señaló que en conjunto con el doctor Roberto Carmona y sus colaboradores, están integrando una serie de estudios para lograr el cometido.
“El problema de la mascarita es que se restringe a hábitats muy pequeños, alimentados por corrientes de agua. En este momento, La Poza en Todos Santos tiene un problema de abastecimiento de agua, la investigación del doctor Roberto Carmona y nosotros indica que aguas arriba el cauce del arroyo está siendo aprovechado más allá de los límites de concesión de agua”, aseveró González Carrillo.
El doctor Roberto Carmona resaltó que en La Poza, la mascarita se encuentra en riesgo a causa de que el hábitat ha disminuido por la falta de agua.
“La especie tiene serios problemas de conservación en La Poza de Todos Santos. El lugar tiene más de un año sin recibir agua, desviaron el cauce suponemos que para usos agrícolas, lo que ha ocasionado la muerte de tule y carrizo”, señaló Carmona Piña.
“La cantidad de hábitat disponible de la especie disminuye, así como este ejemplo, en otros oasis los huracanes y tala de carrizo han afectado en la disminución del hábitat de la especie”, continuó.
El coordinador de Pronatura Noroeste informó que, como representantes de asociaciones civiles en el Consenso de Cuenca del municipio de La Paz, solicitaron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) atienda la irregularidad a lo que, afirmó González Carrillo, el organismo responsable del agua respondió positivamente y esperan se dé a conocer una resolución en el próximo foro del consenso.