Con la finalidad de preservar los monumentos históricos ubicados en la zona arqueológica de Toniná, cerca de Ocosingo Chiapas, científicos de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa (UAM-I), investigan la manera de mitigar de forma sustentable la proliferación de los microorganismos que los deterioran.

De este modo, se han logrado identificar las microalgas, bacterias, hongos y líquenes que propician el biodeterioro de los monumentos, lo cual se define como la degradación de los materiales de construcción, explica la doctora Mónica Meraz, del Departamento de Biotecnología de la UAM-I.

Detalló que Toniná, como la mayoría de las zonas arqueológicas mayas, presenta biodeterioro, y hasta ahora no habían sido identificados los microrganismos que lo causaban, lo que se está haciendo ahora con esta investigación interdisciplinaria, en la que participa también el Departamento de Hidrobiología.

Refirió que como una ves detectados los microrganismos dañinos para las zonas arqueológicas se diseña el método para detener su crecimiento y frenar el daño.

Asimismo, expone que este proceso se realizará de forma sustentable, es decir, con activos que no dañan el medio ambiente, ni las estructuras de los monumentos, que datan de los años 405 al 909 d. C.

La especialista comenta que el sitio de estudio fue seleccionado en base a sus condiciones medioambientales, tomando en cuenta factores como la humedad y la altitud, entre otras, ya que no en todas las zonas arqueológicas se encontrarán los mismos organismos que causan el biodeterioro; por tal motivo, se desarrolló un protocolo de investigación aplicable específicamente a la zona de estudio.

En esta primera etapa se exploraron el Palacio del Inframundo, el Trono y la Estela de las Manos Sagradas, del Palacio de las Grecas; el templo del Dios del Agua; y, el Juego de Pelota, que se ubican en las distintas plataformas que forman el conjunto del sitio arqueológico.

De los estudios en estos lugares se establecerán los análisis moleculares de las muestras colectadas y cultivadas en laboratorio, la simulación del proceso de biodeterioro, y las pruebas de inhibición de los ciclos de vida de los microrganismos; con el propósito de, posteriormente, establecer un protocolo para la mitigación del biodeterioro en conjunto con restauradores del sitio, investigación que se llevará a cabo con la participación de alumnos a nivel licenciatura, maestría y doctorado.

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