En México el mayor número de defunciones por padecimiento de cáncer de cérvix se da en la mujer, lo que ha llevado a que nuestro sistema de salud se haya olvidado de la atención en el hombre, originando un subregistro sobre el número de varones que padecen cáncer en sus áreas genitales, y con ello se ha contribuido a que en la última década este problema se incremente de uno a tres por ciento y continúa evolucionando, como en toda Latinoamérica.

Lo anterior lo señalaron Miguel Ángel Bernal Davish y María Natividad Guzmán Tapia, académicos de la Facultad de Medicina, especialistas en Ginecología y en estudios colposcópicos y androscópicos , experiencia que les ha permitido ir más a fondo en el análisis de los padecimientos genitales tanto del hombre como de la mujer.

“No es el screening o el tamizaje para el hombre, porque no se va a morir de cáncer, pero la incidencia está aumentando”, sostuvieron.

 

¿Qué es androscopía?

 

Guzmán Tapia explicó que la androscopía (andros es varón; copía, es la visión) es el estudio –bajo una visión directa a través del colposcopio Carl Zeiss, de tecnología alemana– que permite visualizar los genitales externos masculinos desde pene, escroto, toda el área perianal; se les valora apoyados en esta técnica para detectar virus de papiloma humano (VPH), verrugas, lesiones de alto o bajo grado, así como otras enfermedades de transmisión sexual.

La diferencia con la colposcopía es que ésta se le realiza a la mujer (colpos significa vagina) y tiene la misma finalidad que en el hombre: revisión del tracto genital, se estudia la región vulvar, a nivel de vagina, el cérvix, toda la zona perianal; el enfoque principal es la zona de transformación ya que es ahí en donde crece el VPH.

La doctora explicó que en el epitelio escamo-columnar hay células de recambio y en constante crecimiento. Cuando el virus llega y se implanta se transforma en esa célula cancerígena que luego empieza a proliferar y a invadir las capas de los epitelios.

Precisó que existen unas glándulas que se evierten, se salen y aparecen como un “raspón” y frecuentemente se les confunde con úlceras pero no lo son. A esto se le conoce como eversión y ectropión glandular que produce un trasudado y es cuando la mujer comienza a tener secreción que, aunado a la menstruación, la predispone a flujos frecuentes y esto a una gama amplia de agentes patógenos como bacterias, hongos, parásitos, virus y en especial el VPH.

Bernal Davish, especialista en Biología de la Reproducción Humana, señaló que el aumento en los índices de padecimiento de cáncer genital en el hombre se debe a que no está acostumbrado a revisarse, “generalmente ellos ven una verruga y dicen ¡Ah, es una verruguita!, es como un lunar de carne, y hasta ahí”.

Llegado a este punto, Bernal Davish y Guzmán Tapia tratan de concienciar a la pareja sobre la importancia de que se hagan los estudios, puesto que la patología no se ve hasta que ya es un cáncer de pene o de próstata, pero el varón tiene la oportunidad de revisarse rápidamente, se encuentra la lesión y se trata al momento.

Debido al cambio de hábitos sexuales, culturales y demográficos, además de la aparición de cáncer en esa región del cuerpo del hombre, se han visualizado ya un mayor número de casos de cáncer bucofaríngeo y de la región anal.

En su explicación conjunta, los galenos recordaron que en la década de los cincuenta en el país se inició la detección del VPH como el origen del cáncer cervicouterino; “los primeros casos eran un boom de esa época y se trataba de detectarlo a través del Papanicolaou. En la actualidad el comportamiento de este tipo de lesiones en el hombre tiene un comportamiento estadístico semejante, se está incrementando y cada vez se detectan más casos.

“El problema es que en el país no hay clínicas de androscopía, hay indicios pero se ha mencionado mucho sobre quién puede ser el experto para hacer este tipo de estudio, se habla del dermatólogo pero él no visualiza con un equipo como el colposcopio, que magnificay da más detalles de la imagen, él lo ve a través de una lupa; entonces el dermatólogo no es la persona indicada.”

Se habla también del urólogo, quien estudia el aparato reproductor masculino, pero tampoco hace colposcopía y por lo tanto no tiene capacidad para examinarlo; tampoco la tienen los patólogos, quienes quieren incursionar en esta área pero no tienen trato médico-paciente, ya que generalmente revisan los tejidos pero no es su especialidad.

Con una experiencia de poco más de 10 años de realizar androscopías y colposcopías, Miguel Ángel Bernal y María Natividad Guzmán indicaron que en sus estudios ven no sólo el VPH, sino una serie de enfermedades de transmisión sexual como son molusco contagioso, herpes genital, chancro blando, chancro duro, gonorrea, Haemophilus ducreyi, verrugas vulgares. En esta gama de padecimientos pueden ver también condilomas –producido por el VPH– y toda el área genital masculina.

“Queremos mencionar que representando a la Veracruzana hemos detectado casos con lesiones virales en lengua. Con el equipo y una lámina basal se puede hacer la detección oportuna localizando lesiones premalignas –cuando los epitelios no están vascularizados y no tienen terminaciones nerviosas–. Cuando está superficial lo podemos detectar y tratar, pero cuando invade la lámina basal es cuando degenera un cáncer invasor.”

 

Importancia de la colposcopía

Para Guzmán Tapia, la colposcopía es la piedra angular para la detección de cáncer cervicouterino y la ventaja es que se puede dar un tratamiento local, una exhibición total de la lesión que una vez localizada se le puede retirar al momento para ser enviada a patología para su estudio y análisis, o en su defecto realizar el PRC (estudio del ADN viral).

Con la finalidad de evitar en lo posible este tipo de problemas, la especialista en colposcopía recomienda a las parejas que vayan a sus revisiones mínimo cada seis meses y si encuentran lesión en la mujer, de inmediato valorar al varón –esposo, cónyuge o pareja sexual–, ya que de encontrar también lesión se hace la toma de biopsia, se envía a patología para establecer si es de alto o bajo grado, y darles el tratamiento adecuado.

A la semana del tratamiento se hace una valoración, luego al mes, posteriormente cada tres meses durante un año. En cuanto a la mujer, se le practica un tratamiento de electrocirugía o rayo láser, se le valora a la semana e igualmente al mes, luego cada tres meses durante el primer año, y si todo está bien se le da de alta y se le revisa cada año.

Es conveniente señalar que el equipo que se utiliza para la androscopía es el mismo en la colposcopía. “Aquí lo importante es que como académicos de la Facultad de Medicina logremos concienciar a nuestros alumnos, porque se van a un internado y luego a un servicio social, y que lleven ya este conocimiento de cómo detectar casos y sepan también dónde referirlos, que conciencien también a la población de comunidades rurales y urbanas sobre este tema, y con eso estaremos contribuyendo a una cultura de educación sexual”.

La Norma Oficial Mexicana (NOM) de cáncer de cérvix establece que si un Papanicolaou sale alterado, el siguiente paso obligatorio es la colposcopía, pero si de dos pacientes una se escapa, ésa es la que se está poniendo en riesgo de fallecer por cáncer.

Bernal Davish mencionó que el sistema de salud en México promueve un estudio de tamizaje para la detección del virus del papiloma en la mujer, a través del Papanicolaou, pero de acuerdo con reportes del Instituto de Salud Pública a nivel nacional hasta 49 por ciento de estos estudios tienen falsos negativos, lo que quiere decir que de cada dos pacientes que tienen el VPH uno está escapando, lo que se refleja en las estadísticas a nivel estatal y nacional.

Sin embargo, agregó, la NOM dice que si una paciente tiene dos Papanicolaou al año sin lesión de VPH, el siguiente debe ser a los tres años, lo que es un gran error ya que si se está escapando el 49 por ciento de los casos y si el estudio se hace más espaciado existe una mayor probabilidad de que se continúen escapando.

Debido a ello, indicó que en México existe un grupo colposcopista que tiene la idea de que desaparezca el Papanicolaou, ya que no es confiable la lectura de las laminillas, por lo que recomiendan la conveniencia de hacerse la colposcopía directamente.

Explicó que en un Papanicolaou interviene quien toma la muestra, de dónde la toma, con qué material lo hace, dónde la fija, a qué distancia, en qué momento la fija, cómo la envuelve, cómo la transporta, quién la recibe, quién la desenvuelve, quién la tiñe y al final quién hará la lectura.

Ante ello cuestionó si debe hacerlo un citotecnólogo que salió de la prepa e hizo un año de capacitación, o un especialista patólogo que cursó una especialidad.Puntualizó que el control de calidad deja mucho que desear, mientras que el beneficio de la colposcopía es que se requiere de una, máximo dos personas; se puede visualizar la lesión y al mismo tiempo quitarla y la paciente sale curada.

Otra de las ventajas de la colposcopía, agregó Guzmán    Tapia, es que la paciente no requiere de ninguna preparación, puede llegar al estudio en cualquier momento o día del mes, aunque esté menstruando o haya tenido relaciones el día anterior, el único requisito es que esté presente y haya tenido vida sexual para revisarla.

En el varón se puede hacer la detección dependiendo de la intensidad y el número de lesiones que presente, en dónde las presente, si se visualizan algunas verrugas alrededor del glande, en el escroto o en la región perianal, cualquier inflamación del glande o de testículos, entonces debe acudir de inmediato al médico especializado en estos padecimientos.

Cabe recordar que María Natividad Guzmán es colposcopista, de curso escolarizado ortodoxo por el Centro Nacional de Clínicas de Displasias del Hospital General de México, lo que le facilita incursionar en el estudio androscópico. En tanto Miguel Ángel Bernal es ginecólogo con estudios en Biología de la Reproducción Humana que le permiten hacer estudios de las parejas con infertilidad. Ambos trabajan juntos desde hace más de 10 años haciendo androscopía, conocimientos que los transmiten a sus alumnos de la Facultad de Medicina.

Consideran que sería ideal hacer la rotación clínica de los alumnos, que dentro del proceso enseñanza-aprendizaje conocieran toda esta tecnología más a fondo y así estar en condiciones de ayudar a la población abierta, ya que éste es un proceso autofinanciable y al mismo tiempo se estaría ayudando a disminuir este tipo de problema como un servicio social de la Universidad.

Finalmente hicieron un llamado tanto a hombres como a mujeres con vida sexual activa, para que acudan periódicamente a hacerse estudios colposcópicos y androscópicos, según sea el caso, para que no formen parte de las estadísticas de fallecimientos por cáncer genital.

Correos electrónicos para contactar a los académicos: [email protected] y [email protected]. Más información en el teléfono (228) 8406666.

Los comentarios están cerrados.