Sandra Isabel Jiménez Mateos
Aún cuando la ciencia y la tecnología contribuyen de manera fundamental a promover el progreso y la paz en todos los ámbitos, “con demasiada frecuencia los responsables de la formulación de políticas desconocen las soluciones” que estas pueden aportar y “una proporción muy grande del mundo permanece al margen de los avances científicos”, apuntó Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, al conmemorarse este 10 de noviembre el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo.
La conmemoración se realiza desde hace 25 años cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas implantó la fecha el 6 de diciembre de 1988, cuando también proclamó la celebración de la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz, a celebrarse todos los años en la semana del 11 de noviembre.
Ban Ki-moon puntualizó que las contribuciones de la ciencia y la tecnología a favor del progreso y la paz se dan en todos los ámbitos: desde el cambio climático a la salud pública, pasando por la seguridad alimentaria, el saneamiento, el desarme y la preparación para casos de desastre.
Pero igualmente se dolió de que “con demasiada frecuencia” los responsables de la formulación de políticas desconocen las soluciones que la ciencia y la tecnología moderna pueden aportar para enfrentar los retos vigentes.
Igualmente puntualizó que una gran proporción de los habitantes del planeta permanecen al margen de los avances científicos y en este sentido mencionó que uno de los principales retos de la ONU consiste en promover la investigación “favorable a los pobres”: que solvente las necesidades de las personas más pobres y más vulnerables del mundo, como los pequeños agricultores.
Otras grandes prioridades –prosiguió- son reducir la brecha digital en cuanto al acceso a la tecnología de la información y ampliar la educación para que los jóvenes estén mejor preparados para trabajar en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Esta labor es indispensable para acelerar nuestros esfuerzos en favor del logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y para perfilar un ambicioso proyecto de futuro para el desarrollo después de 2015.
En su visualización incluyó la contraparte de los usos de la ciencia y la tecnología, esto con fines destructivos y reiteró que una de las misiones de la ONU es trabajar por un mundo sin armas nucleares y frenando la proliferación de otras armas de destrucción en masa.
“Podemos lograr todo esto y más si aunamos esfuerzos para aprovechar a fondo el potencial de la ciencia en aras del bien común y promover la formulación de políticas basadas en información objetiva”, puntualizó, para después proclamarse “deseoso” de colaborar con la comunidad científica y académica y con quienes puedan contribuir a la misión general de las Naciones Unidas de hacer avanzar hacia la paz, el desarrollo y los derechos humanos.