Isaac Newton, padre de la Física moderna, descubridor de la Ley de la Gravedad


El 25 de diciembre de 1642, (el 4 de Enero de 1643 según el Calendario Gregoriano) nació en Woolsthorpe, condado de Lincolnshire, Inglaterra, Isaac Newton, genio considerado el padre de la física moderna, una de las figuras esenciales de la ciencia, al cual debemos el descubrimiento de la Ley de la Gravitación Universal -que es una de las piedras angulares de la ciencia moderna-, y la descomposición de la luz.

Isaac Newwton, entre sus grandes descubrimientos está que por primera vez demostró que las leyes naturales que gobiernan el movimiento en la Tierra y las que rigen el movimiento de los cuerpos celestes son las mismas, las famosas tres leyes de Newton que se aprenden en la escuela.

Aunque algunos consideran un mito la historia de la manzana golpeando sobre la cabeza de Newton, lo cierto es que el matemático y físico británico mencionó en alguna ocasión que se inspiró en la caída de este fruto para sus revolucionarias ideas físicas.

Al nacer Isaac Newton tenía un tamaño menor al promedio y su estado era muy delicado, lo que hizo temer por su sobrevivencia.

Fue un joven que parecia «tranquilo, silencioso y reflexivo», aunque lleno de imaginación. En su juventud se entretenía construyendo artilugios: un molino de viento, un reloj de agua, un carricoche que andaba mediante una manivela accionada por el propio conductor, etc.

Se formó en The King’s School de Grantham y el Trinity College de Cambridge. Dos años después de graduarse, Newton sucedió a su mentor Isaac Barrow como profesor en la cátedra de matemáticas.

Isaac Newton, gracias a su gran talento, desde joven realizó diversos descubrimientos, algunos de los cuales le fueron fundamentales en su carrera científica.

En matemáticas generalizó los métodos utilizados para trazar líneas tangentes a curvas y para calcular el área encerrada bajo una curva, descubriendo que los dos procedimientos eran operaciones inversas.

Esto le permitió ser el credor del «cálculo» matemático, al unir ambos métodos en lo que llamó el método de las fluxiones, desarrolladó en 1666 y al que se bautizó como cálculo, un método nuevo y poderoso que situó a las matemáticas modernas por encima del nivel de la geometría griega. En 1675 Gottfried Leibniz llegó de forma independiente al mismo método, al que llamó cálculo diferencial; la publicación le dio a Leibniz los elogios por su desarrollo, hasta que en 1704 Newton publicó una exposición detallada del método de fluxiones.

También sentó las bases de la mecánica clásica en su obra Philosophiæ naturalis principia mathematica (más conocida como Principia)

En 1669 obtuvo la cátedra Lucasiana de matemáticas en la Universidad de Cambridge.

La óptica también fue del interés de Newton. Llegó a la conclusión de que la luz del Sol es una mezcla heterogénea de rayos diferentes -representando cada uno de ellos un color distinto- y que las reflexiones y refracciones hacen que los colores aparezcan al separar la mezcla en sus componentes. Demostró su teoría de los colores haciendo pasar un rayo de luz solar a través de un prisma, el cual dividió el rayo de luz en colores independientes.

En el año 1672 envió una breve exposición de su teoría de los colores a la Sociedad Real de Londres. En 1704, publicó su obra Óptica, en donde explicaba detalladamente su teoría.

En 1684 recibió la visita de Edmund Halley, un astrónomo y matemático con el que discutió el problema del movimiento orbital. Durante los dos años y medio siguientes, estableció la ciencia moderna de la dinámica formulando las tres leyes del movimiento, fundamentales en el estudio de la mecánica. Aplicó estas leyes a las leyes de Kepler sobre movimiento orbital y dedujo la Ley de la Gravitación Universal, la cual  permitió explicar con una ley única, hechos hasta entonces tenidos por muy diversos, como la caída de los cuerpos y las mareas, así como los movimientos celestes a partir de la fuerza de la gravedad, la misma que en la superficie de la Tierra llamamos peso. Publicó su teoría en Principios matemáticos de la filosofía natural (1687), obra que marcó un punto de inflexión en la historia de la ciencia.

En 1687 apoyó la resistencia de Cambridge contra los esfuerzos del rey Jacobo II de Inglaterra para convertir la universidad en una institución católica. Tras la Gloriosa Revolución de 1688, la universidad lo eligió como uno de sus representantes en una convocatoria especial del Parlamento británico.

Ese mismo año Newton conoce al filósofo John Locke, entre los dos dedican bastantes horas a la discusión de temas teológicos, en especial el de la Trinidad, Newton canaliza sus esfuerzos en los problemas de la cronología Bíblica.

En 1693 Newton mostró síntomas de una severa enfermedad emocional. Aunque recuperó la salud, su periodo creativo había llegado a su fin. Fue nombrado inspector y más tarde director de la Casa de la Moneda en Londres, donde vivió hasta 1696. En 1703 fue elegido presidente de la Sociedad Real, un cargo que ocupó hasta el final de su vida.

Además de su interés por la ciencia, también se sintió atraído por el estudio de la alquimia, el misticismo y la teología. Newton fue profundamente religioso toda su vida. Era arrianista y dedicó más tiempo al estudio de la Biblia que al de la ciencia.

Además tuvo una breve carrera como parlamentario, actuó de inspector de la Royal Mint y fue condecorado como Sir por la reina Ana Estuardo. Hacia el final de su vida, se convirtió en el director de la Royal Society.

Sus años de madurez y vejez transcurrieron al cuidado de una sobrina, Cátherine Barton, hija de una hermanastra y casada con John Conduit, que se convertiría en su más ferviente apologista. Algunos biógrafos corrigen que Isaac Newton murió virgen. Su evidente misoginia, unida a un puritanismo extremo, le impedía acudir a los burdeles.

Desarrolló una ley de convección térmica, realizó diversos estudios sobre la velocidad del sonido y fue pionero en mecánica de fluidos, estableciendo una ley sobre la viscosidad.

Isaac Newton falleció el 20 de marzo de 1727 (el 31 demarzo, según el calendario gregoriano) en Londres, tras  empeorar  su afección renal, posiblemente como consecuencia de un envenenamiento por mercurio, un elemento tóxico que a menudo usaba en sus experimentos de alquimia.

Sus restos fueron colocados en la abadía de Westminster.

Isaac Newton al morir dejó una cuantiosa colección de manuscritos: miles de folios conteniendo estudios de alquimia, comentarios de textos bíblicos, cálculos herméticos oscuros e ininteligibles.

Newton siempre partía de los hechos particulares obtenidos por la experiencia, para llegar gradualmente a las primeras causas y a los últimos elementos de los mismos hechos.

Es, a menudo, calificado como el científico más grande de todos los tiempos, y su obra como la culminación de la revolución científica.

Nota relacionada:

– Se hace pública una obra inacabada de Newton sobre ciencia y religión

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