«Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos»

Mateo 24:36

 

El mundo, según la NASA, no se puede acabar el 21 de diciembre de 2012, pues no hay indicios de que un fenómeno natural, espacial o interplanetario pueda suscitarse.

En sí, dicen los científicos, no hay prueba lógica ni posicionamiento que pudiera llevar,siquiera, a suponer el fin. Hasta donde el conocimiento humano permite, no hay más allá que un día cualquiera de invierno.

La idea del fin del mundo en esa fecha surgió hace años por la interpretación de una supuesta profecía Maya, la cual coincide con  el solsticio de invierno.

La creencia se basa en que ese día se termina el Calendario Maya de la Cuenta Larga que habría tenido una duraciónde 5 mil 125 años[1]. Antes de que se cumpliera esto, un sinnúmero de desastres naturales aquejarían a la humanidad, como huracanas, sequías, sismos, entre otros que se han suscitado a lo largo del planeta.

Aunque esta civilización, una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, se extinguió, y sus descendientes, que han guardado la lengua y las creencias, no aseguran que la fecha marcada en rojo sea la del final, muchos habitantes de diversos países de América y Europa han adoptado esta creencia y aguardan con temor el  21 de diciembre.

“El calendario maya es el sistema de medición de tiempo más completo nunca desarrollado. Pero se establece en ciclos que se acaban repitiendo, y estas repeticiones son la clave del fenómeno de 2012.

“Según la teoría maya, el mundo fue creado hace 5 mil 125 años, en un día que coincide con el 11 de agosto del 3114 a.c. En ese tiempo, el calendario maya marcaba 13.0.0.0.0., exactamente el mismo marcador que el 21 de diciembre de 2012”[2], dice la NASA.

La agencia especial, en un apartado en su página de Internet donde refuta con argumentos científicos el porqué de la falsa predicción, agrega: “Esto no significa que el mundo se vaya a acabar, sino simplemente indica un cambio de ciclo. No hay ruinas, tablas, escritos ni nada que acredite un fin del mundo”[3]

Apunta que  tampoco ha detectado un asteroide que pudiese impactarse contra la Tierra, y tampoco ningún planeta. “Si alguno de estos elementos espaciales fuera a impactar contra nosotros el próximo 21, se vería ya a simple vista en el cielo”.

Tampoco el Sol nos destruirá, pero “sí es cierto que se acerca a un momento de máxima actividad dentro de su ciclo, que durará 11 años”. Habrá un incremento de las manchas solares en la superficie, anuncia la NASA[4].

Otro grupo de intérpretes de la doctrina maya plantean que no habrá fin del mundo, pero que los habitantes de la Tierra experimentarán una transformación física y espiritual positiva, que marcará el comienzo de una nueva era, tal es el caso del escritor de ciencia y ensayista Dorion Sagan, hijo del extinto astrónomo Carl Sagan[5].

“Va a ser una nueva posibilidad, vamos a poder empezar nuevamente y esa es una oportunidad para aprender”, consideró.

Coincidió en que el cataclismo de la tierra no es cercano y postuló que la amenaza de destrucción más cercana ocurrirá dentro de 200 millones de años por la falta de carbono y los rayos solares.

El arqueólogo Antonio Benavides, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, sostuvo que el descubrimiento de cinco mascarones del estilo Puuc y Chen, en Tohcok, municipio de Hopelchén, Campeche, arrojó nuevos datos sobre la concepción maya del tiempo que desecha versiones de una catástrofe planetaria. “De estos mascarones brotan flores y de ellas rostros humanos, lo que nos refiere al ciclo de la muerte y el renacimiento; es decir, que en su concepción los mayas nunca pensaron en catástrofes”, indicó[6].

La Ciudad del Vaticano, máxima rectora de la fe católica, a través de su Observatorio Astronómico, también refutó esta teoría del acabose 

En un artículo publicado por el diario vaticano L»Osservatore Romano, que retomaron diversos medios mexicanos, el sacerdote jesuita José Gabriel Funes escribió que «no vale la pena discutir el fundamento científico de estas afirmaciones obviamente falsas”, las de que un alineamiento de los planetas y del sol con el centro de la Vía Láctea provocaría una inversión de los polos magnéticos del campo terrestre[7]

Funes recordó que el Universo inició hace unos 14 mil millones de años y, de acuerdo con los más confiables datos de observación, continúa en expansión constante. 

Explicó que si ese modelo resulta correcto, el universo terminará por «rasgarse”, pero aclaró que eso ocurrirá dentro de miles de millones de años.

Las religiones judío-cristianas también han refutado este postulado. Pues, mientras para las doctrinas orientales la señal del final de los tiempos es la llegada de su mesías, para la fe occidental la época de la gran tribulación, en la que Cristo regresa por sus fieles y se desata un escenario apocalíptico que incluye la llegada del anticristo, es el comienzo del final.



[1] Robert K. Sitler (febrero, 2006) The 2012 phemomenon: nex appropriation of an ancient mayan (the Journal of Alternative and Emergent Religions pág 24-38)

[2]http://www.lanasa.net/ (Nasa desmiente teorías del fin del mundo

[3] Ibídem

[4] http://www.teinteresa.es/ciencia/manchas-superficie-indica-maximo-actividad_0_818318549.html

[5] Díaz Pedro, Diario Reforma, Diciembre, 16, 2012. Nacional Pág 19

[6] Ibídem

[7]http://www.elfinanciero.com.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=54115&Itemid=26

Los comentarios están cerrados.