Aproximadamente uno de cada dos nacimientos en México son atendidos mediante el procedimiento de cesárea, a pesar de los riesgos que implica para la salud de la mujer, advirtió la doctora Rosario Cárdenas Elizalde, investigadora del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al presentar la conferencia La atención obstétrica y sus desigualdades, el caso de la práctica de cesárea, la académica de la Unidad Xochimilco de la UAM señaló que el porcentaje de nacimientos por cesárea en México son elevados, pues índices por arriba de 25 por ciento son considerados internacionalmente como “muy altos”, y en México es de más de 40 por ciento.

En el marco de las IX Jornadas del Área de Salud y Sociedad, Aristas de la desigualdad en Salud, sostuvo que llevar esta práctica sin riesgos “no tendría ningún problema”; sin embargo la cesárea por sí misma los conlleva; las complicaciones en la paciente tienen que ver con el proceso quirúrgico y se manifiestan en infecciones, resistencia a fármacos y antibióticos, atonía uterina, hospitalización prolongada  (con todos los riesgos que ello conlleva), mayor tiempo de recuperación, así como limitaciones potenciales a la reproducción deseada, entre otras.

La también coordinadora de la Maestría en Población y Salud afirmó que es preocupante observar que a pesar de los compromisos asumidos por México en términos de reducir la mortalidad materna, esto no ha ocurrido, y en esa medida es necesario analizar qué pasa en relación con la cesárea, “dada la importancia de este procedimiento como uno de los elementos que puede mejorar la atención obstétrica”.

La cesárea es un procedimiento médico de gran utilidad que resuelve una complicación obstétrica (posición fetal, parto gemelar, enfermedades de transmisión sexual, estatura de la mujer, inmadurez física) que efectivamente puede hacer la diferencia respecto a la sobrevivencia de la mujer y sus productos, añadió.

En ese sentido tiene un espacio muy importante en la práctica médica, “pero con guías y criterios claramente señalados, por lo que no debe utilizarse de manera indiscriminada”.

Destacó que entre los factores asociados a la opción por este procedimiento están el manejo del tiempo médico que no está dado por la complicación o las características de desarrollo del embarazo, sino por las necesidades del servicio médico, del personal o la infraestructura; por otro lado está la utilización de los espacios médicos como lugares de entrenamiento para capacitar a médicos en esa labor.

Otro factor importante es el imaginario sobre el cuerpo femenino asociado a la transformación del cuerpo con los partos, así como el dolor, pues se piensa que una cesárea es menos dolorosa que un parto. 

Agregó que aun cuando se plantea que la intensidad de su aplicación está vinculada con la calidad de la atención obstétrica, “no encontramos que éste sea el caso cuando se revisa de manera comparativa la información entre países”.

La doctora Cárdenas Elizalde se refirió a la tasa de cesárea y la razón de muerte materna por 100 mil nacidos vivos, y señaló que México tiene una tasa superior a 40 por ciento de cesárea y una razón de muerte materna de 83; Costa Rica tiene menos tasa de cesárea (21 por ciento) y menos muertes maternas (25), en tanto que en Canadá las cifras son de 19 por ciento y 5, y en Estados Unidos de 23 y 14.

Otros países están en el extremo con tasas muy bajas de cesárea y niveles de mortalidad muy alta. Por ejemplo Kenia, Mali, Zimbabwe, países que tienen tasas de muerte materna superiores a mil y tasas de cesárea de menos de 10 por ciento.

Pareciera entonces que hay un nivel que pudiera ser adecuado para atender de forma correcta las complicaciones obstétricas, pero los países europeos “muestran que es posible balancear estos puntos y tener tasas de cesárea de alrededor de 25 con razones de muerte materna muy bajos”, en cuyo caso se encuentran Francia, Alemania, Dinamarca, donde las razones de muerte materna son de alrededor de 15 y las de cesárea de alrededor de 20.

“Definitivamente nosotros estamos con una tasa de cesárea muy alta y una mortalidad materna que no se corresponde con esa cifra”, comentó. 

Rosario Cárdenas Elizalde

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