El avión Impulse II, que vuela únicamente con energía solar, ha aterrizado al amanecer en el aeropuerto de San Pablo de Sevilla tras cruzar el océano Atlántico en dos días. El aparato, pilotado en por el suizo Bertrand Piccard, ha tardado exactamente dos días, 23 horas y 10 minutos en completar una de las travesías más complejas hasta la fecha no solo por la larga duración del viaje, sino también por las condiciones meteorológicas y el espacio aéreo, muy transitado en esta zona.
El aparato pilotado ha tardado dos días, 23 horas y 10 minutos en completar la travesía
«Hace más de 500 años, Colón llegó a América y desde entonces el Atlántico ha sido un nexo de unión entre el viejo y el nuevo mundo. Desde hoy, un avión lo ha conseguido también sin usar combustible y sin contaminar», ha destacado el piloto suizo.
El aparato despegó en la madrugada del lunes del aeropuerto John Fritzgerald Kennedy de Nueva York. El trayecto ha cubierto cerca de 6.300 kilómetros y tras su paso por España, comenzará su último viaje hasta Abu Dhabi –la capital de los Emiratos Árabes Unidos– donde comenzaron sus rutas en marzo del 2015.
El Impulse II, ha sobrevolado la capital andaluza escoltado por una pareja de cazas Eurofighter. La Patrulla Águila del Ejército del aire español ha dado la bienvenida al avión solar dibujando una bandera de España en el aire.
Batiendo récords
Este nuevo tramo completado es similar al que realizó el año pasado André Borschberg, el otro ingeniero y piloto belga que desarrolló el proyecto, cuando sobrevoló el Océano Pacífico durante cinco días y sus noches. Borschberg batió un nuevo récord y demostró que el avión es capaz de volar a perpetuidad.
Entre otros países, el Impulse II ha surcado los cielos de India, China, Japón y Estados Unidos. Este proyecto busca dar la vuelta al mundo propulsado exclusivamente con energía solar para concienciar sobre los beneficios de las renovables. Sus promotores han solicitado a los responsables políticos que implementen alternativas tecnológicas que preserven el medio ambiente.
Después del largo viaje, Bertrand Piccard ha señalado que se debe dejar atrás la energía fósil, altamente contaminante, y avanzar hacia «un nuevo mundo de desarrollo tecnológico e innovación, respetuoso con el medio ambiente».
La aeronave solar tiene una autonomía de vuelo ilimitada
El Impulse II es una obra tecnológica de alta precisión. Se trata de un aparato monoplaza de fibra de carbono, con 72 metros de envergadura y un peso de 2.300 kilos. Sus alas tienen incorporadas 17.248 células solares y cuatro baterías –de 13,5 kilovatios / 17,17,5 caballos de vapor– encargadas de recibir y almacenar la energía solar.
La aeronave incorpora tecnología de la firma Covestro –con sede central en Leverkusen (Alemania)– y uno de los socios del proyecto. La empresa ha aportado nuevos sistemas de poliuretano y policarbonato que ayudan a reducir el peso del avión y garantizan la protección del piloto.
El avión ahorra parte de su energía gracias a las baterías que le permiten continuar el trayecto durante la noche. Al no necesitar energías basadas en las fuentes fósiles, la aeronave tiene una autonomía de vuelo ilimitada que, en teoría, le permitiría volar indefinidamente.
Antes de aterrizar en la capital andaluza, el Bertrand Piccard ha tenido tiempo de hacer un selfie a bordo del aparato solar. «Esperamos que este vuelo ayude a concienciar a todos sobre lo que estamos haciendo para alcanzar un futuro más limpio», ha concluido el piloto suizo.