Si bien ha habido muchos estudios que han apoyado la hipótesis denominada «depredación dependiendo de la masa», que consiste en que algunos pájaros adelgazan para escapar frente a los predadores de forma voluntaria, nunca se había podido hacer un experimento científico para comparar individuos de la misma especie en el mismo lugar y en dos situaciones diferentes (con presencia o no de predadores). Un equipo del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona lo ha logrado y publica su estudio en la revista Journal of Ornithology.
Jordi Pascual y Joan Carles Senar, los dos investigadores principales del trabajo, tomaron los datos en una estación permanente de anillamiento situada en el barrio de Sarrià en Barcelona. Allí, durante el invierno, vive una colonia de lúganos (Carduelis spinus), pero también la visitan pájaros de la misma especie que sólo están de paso. Son los que llamaremos transeúntes.
Durante cinco meses, desde mediados de otoño hasta el inicio de la primavera, los científicos capturaron más de un millar de lúganos, que marcaron con anillas y les tomaron varias medidas, como la masa corporal y la longitud de las alas. La investigación se basa en 812 capturas de 510 individuos (los residentes fueron capturados más de una vez).
La comprobación de la hipótesis se vio favorecida porque hasta el 19 de enero no observaron la presencia de ningún predador y a partir del día 20 vieron el primer gavilán común (Accipiter nisus) que se estableció en el área y cada día cazaba. Se daban, pues, las circunstancias ideales para comprobar la hipótesis: un mismo lugar con aves residentes y transeúntes de una misma especie y un período sin predador y otro con su presencia.
Los resultados indicaban que los pájaros residentes habían tenido una disminución de masa corporal de cerca del diez por ciento (9,75%) entre el período sin predador y el período con predador. En cambio, la masa corporal de los transeúntes no varió. La hipótesis tiene el apoyo de otro dato: en períodos similares en otros años (1985-86 y 1989-89) no se observó presencia de predadores ni pérdida de masa corporal de los residentes.
Esto indica que los residentes, conocedores del riesgo, saben prepararse perdiendo peso, mientras los visitantes, en un entorno desconocido, donde pasas unas horas o unos pocos días, la presencia de predadores los coge desprevenidos y no saben adoptar una estrategia.
También concuerda con otro estudio que los mismos autores publicaron el año pasado junto con Jordi Domènech, del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, en la revista Ethology. Comprobaron que cuando no había ningún gavilán, residentes y transeúntes tenían un nivel de alerta similar. Pero cuando empezaba a aparecer el gavilán, los primeros estaban mucho más vigilantes. Esto demuestra que eran conscientes de un riesgo más elevado.
Si bien la menor masa corporal permite a los pájaros volar más rápido y escapar, también los puede dificultar buscar alimento. Es posible que los pájaros aprovechen el período sin predadores para acumular reservas y así pueden perder después masa corporal sin que ello tenga un impacto importante en su estado.
Referencia bibliográfica:
(1)Pascual, J. & Senar J. C., 2015. Resident but not transient Eurasian Siskins reduce body mass in response to increasing predation risk: a natural experiment. Journal of Ornithology, 156: 451–456.
(2)Pascual, J., Senar J. C., Domènech, ,.. 2014. Are the Costs of Site Unfamiliarity Compensated With Vigilance? A Field Test in Eurasian Siskins. Ethology 120 (7):702-714.