El 29 de mayo de 1953, por primera vez se corona el Techo del Mundo; han llegando a la cima de 8.848 metros el alpinista y explorador neozelandés, Sir Edmund Percival Hillary, y el más experto escalador y jefe de los sherpas, el nepalés Tenzing Norgay, y son los primeros en regresar con vida.
Eran las 11:30 de la mañana cuando ambos, exhaustos, llegaron al punto más alto del planeta.
Habían conquistado a «Sagarmattia» (la «Diosa del cielo») como llaman los nepaleses al Monte Everest o «Chomolungma» («Diosa Madre del Mundo») como lo denominan los tibetanos. Su nombre occidental, de Monte Everest, es en honor de George Everest, geógrafo galés, quien realizó el trabajo de topografía de la India desde 1830 hasta 1843, y a propuesta de su sucesor Andrew Waugh. Antes se le llamaba solamenye Pico XV.
El día 29 partieron de madrugada, tras haberse demorado una hora en descongelar las botas de Hillary. Tenzing, precavido, durmió con las suyas puestas dentro del saco. Ascendieron trabajosamente, ayudados por los equipos de oxigeno. Turnándose en abrir camino. Tallando escalones en el hielo el que va en cabeza –Hillary era muy diestro en la labor- y sujetando la cuerda de seguridad el que va detrás. Tras superar el muro de rocas de un estrecho paso de unos 50 metros antes de la cima sur, hoy conocido como escalón Hillary, una pronunciada pendiente cubierta de nieve les condujo a la pequeña cumbre del Everest.
Cuando se dieron cuenta de que habían logrado su objetivo se dieron un abrazo emocionados y desplegaron las banderas de las Naciones Unidas, Reino Unido, India y Nepal, para fotografiarse junto a ellas. Después, excavaron un agujero en la nieve y enterraron varias ofrendas: Tenzing depositó en él algunos dulces como chocolate y caramelos para los dioses de Chomolungma, y Hillary enterró un pequeño crucifijo blanco. Tras permanecer en la cumbre quince minutos, comenzaron el descenso.
Ambos eran parte de la expedición británica dirigida por el coronel británico Henry Cecil John Hunt, la cual implicó una organización perfecta para lograr el objetivo, con una disciplina castrense que como elemento primordial tenía lograr el objetivo final y que respeto al grado de autosacrificarse para que Hillary y Norgay pudiesen llegar. John Junt, en reconocimiento por su trabajo obtuvo el Premio Duque de Edimburgo.
La expedición de John Hunt se componía de 14 expedicionarios y 31 sherpas, más cientos de porteadores, tantos que se calcula que en total el grupo rondaba las 400 personas, llevando desde Katmandú más de ocho toneladas de material, incluyendo un pequeño cañon; Hunt, entonces de 43 años, era un alpinista experimentado, que desde los 15 años escalaba los Alpes suizos. Como anotación al margen, Hunt años después ingresó a la política y su principal objetivo fue la defensa del medio ambiente.
De hecho, cuando Edmund Hillary y Tenzing Norgay se dan cuenta de que están en la punta del mundo, es porque miran que ya no hay más para donde seguir; el cerebro les palpita por falta de oxígeno a esa altura y su avanzar debe ser paso a paso.
Habían pasado 32 años desde el primer intento en 1921 por conquistar el Everest.
En ese año George Mallory formó parte de la primera expedición que intentó llegar a la cima del Everest, y al año siguiente repitió la experiencia.
De hecho existe la duda de si logró llegar, porque el 8 de junio de 1924 se le vio sobre las 12:50, por última vez, escalando hacia la cima junto con el joven alpinista Andrew Irvine. El cuerpo de Mallory se recuperó en 1999, pero el de Irvine no se ha rescatado.
Por eso cuando Hillary alcanzó la punta del Everest, lo primero que hizo fue buscar testimonios de la presencia de Mallory y después comenzar a tomarse fotos para tener testimonios de su llegada; en cambio el sherpa Tenzing, por su religión budista, lo que hacía era dar gracias por haber llegado: “Era el momento más esperado de toda mi vida. Mi montaña no era un lugar inhóspito de hielo y roca, sino como un cálido y amistoso hogar. Como una madre rodeada por los hijos, los otros montes menores”, dictó en su autobiografía.
Tenzing había estado un año antes a tan sólo 348 metros de la cima, cuando una expedición suiza llegó hasta los 8,500 metros de altura. La presión por llegar a la cima, para la expedición inglesa era muy fuerte, porque los franceses tenían permiso de intentar el ascenso en 1954, mientras que los suizos repetirían la experiencia en 1955, y por lo mismo los ingleses sólo podrían intentar de nuevo el llegar a la cima hasta 1956, si las condiciones les eran favorables.
Cuando llegaron al pie de la montaña, el coronel Hunt eligió a dos parejas para que intentarán alcanzar la cima. La primera –Tom Bourdillon y Charles Evans– estuvo a solo 100 metros del final pero tuvo que abandonar a causa del extremo cansancio. Dos días más tarde, la segunda pareja, Tenzing y Hillary, lograron subir los 8,848 metros.