El equinoccio de otoño para la parte norte del planeta, y el equinoccio de primavera, para el sur, se da este jueves 22 de septiembre a las 14:21 horas (tiempo universal) (o sea a las 9:21 hora de la Ciudad de México). Para ambos, es es el Equinoccio de Septiembre.
Astronómicamente, en casi todo el planeta, salvo en los polos, el día dura exactamente igual que la noche, l es decir 12 horas cada uno y ese es precisamente el significado de la palabra: equi “igual” y nox “noche”, “noche igual al día”.
Es por ello que se habla del equilibrio de la luz y la oscuridad, en la eterna danza de estas dos fuerzas que, más que opuestos, son complementos (y en el equinoccio por un momento la dualidad se cancela, sólo para retomar su juego polar, el perenne solve et coagula).
Así, el equinoccio es el gran marcapasos de la naturaleza, la luz que revela los ritmos de la naturaleza.
Sin embargo la llegada de las nuevas estaciones ya no es tan marcada como antaño, por el cambio climático que enfrenta el planeta.
Este equilibrio es el que propicia que se hagan rituales diversos en torno a los equinoccios, a los cuales se les conoce como “experiencias espirituales”, pues tratan de “reconectarse” con la Madre Tierra y su energía natural a través de meditación, baños en temascal y visitas a santuarios naturales, entre otros.
La primavera termina con el solsticio de verano, alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte y del 21 de diciembre en el hemisferio sur. En este día la Tierra alcanza su posición más alejada en su órbita alrededor del sol, con ello se produce la mayor diferencia del año entre la duración del día y la noche.
Por la proximidad del invierno, en la parte norte del planeta al Equinoccio de Otoño también se le conoce como el Equinoccio de la Cosecha, porque es la época de cosechar, de preservar alimentos para los meses siguientes, de disfrutar de los colores de las hojas y de comenzar a prepararse para los meses más fríos, tanto física como emocionalmente.
En el invierno se habrá de conservar la energía a través del recogimiento.
En el hemisferio sur se celebra el equinoccio de primavera y con ella la fiesta de la luz en su ascenso hacia su máxima intensidad, la fructificación de la intención, las flores físicas y metafísicas que adornarán el verano. El éxtasis de la juventud en su refulgente eclosión.
Así, sea Equinoccio de Otoño o Equinoccio de Primavera, que disfrute el cambio de temporada.