La desventura (paradójicamente) acompañaba a la fabrica de automoviles eléctricos Venturi. Tras dos años de desarrollo, el vehículo Venturi VBB-3, un nuevo coche eléctrico con más de 3.000 CV, con el que se pretende romper el record de velocidad en tierra para un automóvil eléctrico, se
suponía debería probarse en el desierto salado de Bonneville, en Utah, Estados Unidos, lugar preferido para pruebas de velocidad tanto de automóviles como de motocicletas, pero debido a las malas condiciones meteorológicas la Federación Internacional del Automóvil (FIA) canceló los intentos.

Ante esto, el Príncipe Alberto de Mónaco, ofreció su apoyo al empresario del pequeño país europeo, Gildo
Pallanca Pastor, director general de Venturi Automobiles, el cual se tradujo en la visita del miembro de la realeza y la Princesa Charlene en la pista del aeródromo de Wendover (Utah, Estados Unidos), donde el equipo ha operado durante los últimos ocho días.

Como auténtico laboratorio tecnológico, el Venturi VBB-3 es el resultado de una
amplia colaboración comenzada en el año 2009 entre Venturi Automobiles y la Ohio State
University. Esta tercera generación de Venturi «Jamais Contente» es el automóvil
completamente eléctrico más potente jamás construido, y pretende superar los 600 km/h
para el año 2014.

La Venturi es líder en el
campo de los vehículos eléctricos de altas prestaciones, y mantiene desde el año 2010
el récord mundial de velocidad en tierra de la FIA para un vehículo eléctrico al
alcanzar los 495 km/h.

Gildo Pallanca Pastor comentó: «Estoy orgulloso de compartir con el Príncipe
Soberano y la Princesa el lanzamiento de este Nuevo reto deportivo, tecnológico y
medioambiental. Es muy emocionante trabajar en un proyecto así que ayude a la movilidad
del mañana de cara al progreso».

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