Fronstipicio, De humani corporis fabrica

Fronstipicio, De humani corporis fabrica


Sandra Isabel Jiménez Mateos *

El 31 de diciembre del año 1543 apareció la obra “De Humani corporis fabrica” de Andreas Vesalius, Vesalio, anatomista y profesor flamenco.

El único ejemplar integro de esta obra se encuentra en la Biblioteca Palafoxiana, de la ciudad de Puebla, México.

Desde un principio su obra provocó escándalo, por mostrar el cuerpo humano como nunca antes había sido presentando, con el detalle de la anatomía dibujada teniendo como modelos cadáveres.

La obra fue editada por el impresor suizo Jean Oporin y cuidadosamente ilustrada por el artista Jan Steven van Klalkar y corregía más de doscientos errores de la antigua concepción del cuerpo humano, sostenidos por el médico romano de origen griego Galeno, Claudius Galenus, quien nació el año 129 y falleció en el 200 de nuestra era, 1343 años antes de la aparición de la obra de Vesalio. Los trabajos de Galeno nunca fueron discutidos y dominaron el ejercicio de la medicina desde los inicios de la era cristiana hasta la publicación de la “De Humani corporis fabrica”.

Vesalio con sentido crítico llegó a la conclusión, gracias a los nuevos procedimientos de la disección, que los estudios de anatomía hechos por Galeno contenían errores por haberlos efectuado sobre monos, en lugar de seres humanos.

Su obra, de gran repercusión científica y con cierto escándalo puritano, alcanza 25 ediciones, y constituye uno de los hitos de la moderna anatomía humana.

Vesalio fue médico de cabecera del Emperador Carlos V de Alemania y I de España, a quien dedicó su obra extensa, contenida en siete volúmenes, la cual después compendió para que la usarán los estudiantes, nueva versión que dedicó al príncipe Felipe, hijo y heredero de Carlos V, a quien también atendió medicamente.

Los textos y los 300 dibujos del libro De humani corporis fabrica, fueron los primeros en demostrar que el aparato circulatorio del ser humano empieza en el corazón y no en el hígado; que el cerebro está envuelto en una especie de bolsa y desmintió que existiera una red de vasos en la base de ese órgano; que los pulmones y el aparato digestivo están separados por una membrana; que el maxilar humano es diferente del de los animales porque está hecho de una sola pieza y no de dos; que el esternón estuviera dividido en siete segmentos; que el hígado tuviera cuatro o cinco lóbulos; y que los seres humanos tuvieran un “recto abdominal” como los simios.

Cuando tenía 28 años de edad, Andreas Vesalius renunció a ser profesor de anatomía en la Universidad de Padua, Italia, y, en una caravana de mulas, atravesó los Alpes rumbo a Basilea, Suiza, para imprimir su libro. Era la primavera de 1543.

Por la descripción que hacía del cuerpo humano y el reconocer que había utilizado cadáveres de ser humano para sus estudios provocó que muchos médicos le llamasen “bárbaro”.

De hecho en la Universidad de Padua fue el primero en sustituir la disección de animales –monos, cerdos y borregos- para abrir cadáveres de criminales ejecutados, práctica que era considerada como “impía”, “sucia” y “desvergonzada” y que Vesalius pudo adoptar gracias a un juicio que ganó a los 25 años.

Paradójicamente sus detractores fueron también los impulsores del nuevo camino de su carrera, pues al impedirle regresar a sus clases Padua, Vesalio retornó a Bruselas, donde entró al servicio médico de Carlos V y su hijo Felipe II, quien incluso evitó que fuera juzgado y condenado por la Inquisición, bajo acusaciones de abrir a humanos vivos; la Inquisición conmutó la pena capital a la que le había condenado a una peregrinación a Jerusalén,

la cual emprende en 1564. Se embarcó con la flota veneciana de Giacomo Malatesta, vía Chipre. Cuando llegó a Jerusalénrecibió un mensaje del senado de Venecia instándole a aceptar su antiguo puesto en la universidad de Padua, que había quedado vacante a la muerte de su amigo y alumnoFalopio.

Tras luchar durante varios días con vientos adversos en el mar Jónico, su barco debió atracar en la isla de Zante. Allí murió poco después, cuando contaba escasamente cincuenta años.

  • Investigadora del Instituto de de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), de la Universidad Veracruzana

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