El viaje al Planeta Rojo será largo y duro. La misión simulada Mars500 ha demostrado que hay que tener en cuenta todos los detalles, incluso la dieta y el descanso de los astronautas. Los resultados de este experimento también ayudarán a mejorar la calidad de vida de los que nos quedemos aquí en la Tierra.
El estudio Mars500 encerró a seis ‘martenautas’ en la réplica de una nave a las afueras de Moscú durante 520 días, el tiempo que se tardaría en realizar un viaje de ida y vuelta a Marte, incluyendo 30 días para explorar su superficie.
Durante esta simulación, los tripulantes vivieron completamente aislados del exterior, sin alimentos frescos y sin poder ver la luz del Sol o tomar un poco de aire fresco.
Los miembros de esta tripulación internacional no disponían de ninguna pista, como la puesta del Sol, que les indicase cuándo tenían que ir a dormir. En su lugar, tenían que regular sus patrones de sueño mirando el reloj o siendo despertados por sus compañeros.
Diego Urbina, uno de los martenautas de la ESA, recuerda que “aunque tuvimos problemas con el desfase de los patrones de sueño, es impresionante cómo el cuerpo humano es capaz de adaptarse a la falta total de luz solar”.
Los científicos de la ESA están estudiando las claves para un buen descanso en diversas áreas. El astronauta de la ESA Luca Parmitano monitorizará sus niveles de las hormonas relacionadas con el sueño durante su estancia de seis meses en la Estación Espacial Internacional, este mismo año.
Más cerca de casa, pero igual de aislados, los científicos desplazados a la base antártica Concordia también están analizando sus patrones de sueño, mientras pasan los cuatro meses que dura el invierno polar sin ver la luz del Sol.
A la hora de diseñar una misión, es importante comprender cómo descansan los astronautas para que puedan trabajar a pleno rendimiento en los momentos clave. Por ejemplo, los martenautas tendrán que estar alerta y en plenas facultades para aterrizar en Marte. ¿A qué hora del día se deberían programar las fases más críticas de una misión?
Entre los resultados más sorprendentes de esta misión simulada a Marte también destaca el descubrimiento de que nuestros cuerpos no absorben y procesan la sal de forma constante. Como la dieta de los martenautas estaba estrictamente controlada, los investigadores han sido capaces de analizar la cantidad de sal ingerida y excretada cada día.
Al parecer, nuestros riñones procesan la sal en un ciclo semanal, trabajando más duro unos días que otros. El porqué continua siendo un misterio, pero descubrirlo nos ayudaría a diseñar dietas con mayor precisión.
“Todos estos resultados demuestran por qué participamos en el estudio Mars500”, explica Jennifer Ngo-Anh, responsable de la ESA para este programa.
“Esperamos obtener resultados incluso más interesantes ahora que los científicos han tenido un año para analizar los datos de este estudio sin precedentes”.
Todos estos descubrimientos no sólo ayudarán a los astronautas; también a todos aquellos que, aquí en la Tierra, trabajan en turnos nocturnos, tienen problemas para dormir o tienen la tensión alta por culpa de la sal.