Estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV) colaboran activamente con integrantes del campamento tortuguero Santander, ubicado en el municipio de Alto Lucero, integrados en el denominado Grupo de Bioconservación, para cuidar las tortugas marinas.
En el auditorio de esta Facultad, comentaron que han logrado reunir información valiosa acerca de la fauna costera, principalmente los cangrejos, en cuya dieta incluye a los huevos y crías de tortuga.
Los jóvenes también cuidan los huevos de las escasas especies de tortugas marinas que arriban al lugar a desovar, colaboran en los trabajos que permiten una buena eclosión y, finalmente, las liberan para que se internen en el mar.
Los quelonios hembras que anidan allí pertenecen, principalmente, a las variedades lora y caguama; a las laúd no se les ve desde por lo menos siete años atrás. Cuando los alumnos comentaron sus experiencias, coincidieron en que pocas vivencias son comparables al hecho de ayudar a las tortugas en su ya muy comprometida supervivencia.
En el mismo sentido, la presencia de Eugenio Olivares y Conrado Huesca ha sido por demás significativa. Se trata de dos integrantes del grupo de conservacionistas formado por habitantes de las comunidades de Santander, Ensueño y Boca Andrea, ubicadas en las cercanías de la población de Palma Sola.
Eugenio Olivares explicó: “Desde hace por lo menos treinta años, como cooperativistas pescadores, nos dimos cuenta que la tortuga era muy asediada y que su población disminuía cada vez más. Nos propusimos protegerla, pero nunca tuvimos apoyo, de modo que los integrantes de la cooperativa se hicieron a un lado. Fue entonces que decidimos formar un grupo comunitario, desde el año 2000, para defender a los animalitos.”
Conrado Huesca indicó que Semarnat también les ha brindado su apoyo. “La gente es depredadora; muchos tienen la idea de que lo que llega allí, debe ser para ellos. Entonces saquean los nidos y comercializan los huevos, se oponen a que protejamos a las tortugas, generalmente van armados y muchas veces borrachos. Desde luego que evitamos los enfrentamientos y aunque nos han dotado de una cuatrimoto para vigilar, no siempre tenemos éxito. Entonces, una parte de nuestro trabajo se centra en la concienciación hacia los niños. Que cobren conciencia desde ahora, para que la generaciones siguientes sepan cómo cuidar a las tortugas.”
Los entrevistados coinciden en que aunque los turistas son escandalosos y acostumbran hacer fiestas con fogatas a la orilla de la playa, son quienes menos problemas ocasionan. La gente de la región es la que ha organizado grupos para matar a las tortugas.
Más adelante, el cuerpo académico de la Facultad de Biología, encabezado por Pascual Linares Márquez, disertaría sobre el tema Bioconservación; tendencias y aspectos éticos.