Los astrofísicos no descartan encontrar antes de diez años un pequeño planeta similar a la tierra, según ha declarado a Efe Ignaci Ribas, uno de los organizadores del «Cool Stars 17», la reunión internacional sobre estrellas frías que reúne en Barcelona a los mejores expertos en este tipo de estrellas.
Ribas ha explicado que ya se han identificado más de 800 planetas alrededor de las estrellas frías, y que falta muy poco para encontrar uno que sea muy parecido al nuestro.
Ha añadido que el problema es que, aunque ya se supiera dónde está, con la tecnología actual para viajar por el espacio se tardarían millones de años en llegar, pero lo que sí sería factible, en el caso de una planeta habitable y habitado por seres inteligentes, conversar con ellos a través de señales de radio, aunque la ida y la vuelta de los mensajes tardarían unos cien años.
Ha destacado que los planetas se concentran alrededor de las estrellas frías, que son el 80 % de las que se ven y hay en el universo, y entre ellas el sol, y que se denominan así porque su temperatura está por debajo de los 6.000 grados.
Estrellas frías en nuestra galaxia hay unas 200.000, y las estrellas calientes, que son el 20 %, tienen una temperatura que oscila entre los 20.000 y 50.000 grados.
Los expertos han constatado en este encuentro en Barcelona que las estrellas más frías pueden ser un 10 % mayores de lo que se pensaba, un dato que tienen mucha importancia la hora de buscar modelos de estudio.
También se ha tratado de cómo la música de las estrellas, que son las vibraciones que tienen y que resuenan con una serie de frecuencias como las notas musicales, y cómo su tono permite identificar su tamaño, su composición, y hasta cómo será su evolución, y revelar muchos datos que hasta ahora se desconocía.
Según este experto, astrofísico del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC-IEEC, las estrellas son como una caja de resonancia de una guitarra, en la que cuando se toca una cuerda resuena dentro.
En la reunión de Barcelona se presentan también algunos resultados de la misión Kepler de la NASA, que está dedicada a detectar planetas extrasolares a través de estas frecuencias, con una técnica similar a la sismografía, pero adaptada al espacio.
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