Aun cuando diversos indicadores colocan a México en los últimos lugares de los ránkings internacionales en ciencia, innovación y competitividad, el doctor José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, expresó su optimismo en que esta situación cambie ante el nuevo panorama que comienza a surgir en nuestro país torno a las actividades científicas y tecnológicas
Su confianza radica en que el trabajo realizado por expertos procedentes de más de 60 organizaciones académicas, de investigación y empresariales, que dio origen al documento: Hacia una Agenda Nacional en Ciencias, Tecnología e Innovación, para llevar al país a una economía sostenible, tuvo una buena recepción por los tomadores de decisiones en México. También por el arranque de la encuesta nacional que “Agenda Ciudadana”, que pueden traducirse en un incremento en la inversión, en el mejoramiento de la gobernanza del sector, así como en la creación de políticas públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI).
El astrofísico dijo lo anterior durante la conferencia magistral “Estado de la ciencia y tecnología en México”, que ofreció en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), en Tonantzintla, Puebla, previo a la ceremonia de investidura y entrega de grado de doctor Honoris Causa con el que será honrado este viernes.
“Si bien hace algunos meses estaba muy pesimista, hoy estoy optimista porque hay indicios de que vamos a poder expander nuestro sistema de ciencia, tecnología e innovación. Tenemos que trabajar para que las instancias inviertan más en CTI”, indicó
En ese sentido –añadió- tenemos por un lado la labor que ha desempeñado el doctor José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con la Agenda Nacional de Ciencia; y por otro, la consulta abierta en internet a través de la Agenda Ciudadana. De este última, en la que se pregunta a la población qué problemas, sobre 10 que se presentan, quiere ver resueltos por los científicos e ingenieros del país, dijo que los resultados que arroje se entregarán al presidente electo Enrique Peña Nieto, quien ya estará en funciones; a los gobernadores, a los consejos estatales de ciencia y tecnología, a los rectores de universidades y a todos los grupos empresariales que están asociados al ramo para que conozcan qué es lo que el ciudadano piensa al respecto.
El doctor Alberto Carramiñana Alonso, director general del INAOE, dio una breve semblanza de José Franco, de quien destacó tener un amplio reconocimiento internacional por sus trabajos científicos que cuentan con gran número de citas en la literatura mundial, a las labores desempeñadas como coordinador general del Programa Internacional de Astrofísica “Guillermo Haro”, como presidente de la sección México de la Unión Astronómica Internacional , así como por la responsabilidad que asumió en las negociaciones de la participación de nuestro país en el Gran Telescopio de Canarias, España, que hacen de Franco uno de los promotores activos más importantes de la astrofísica.
El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias comenzó su plática diciendo que la Astronomía en México tiene un futuro promisorio, que opera con poco financiamiento, pero que no es la única área del conocimiento que padece los efectos de la baja inversión en ciencia.
Mostró y explicó los indicadores internacionales como el de la competitividad global, que califica el desempeño de 141 naciones, y en la que México ocupa las últimas posiciones en varios rubros, a saber: 73 en calidad de infraestructura (transporte, telefonía); 82 en acceso a internet; 86 en número de científicos e ingenieros; 121 en calidad de educación primaria; 126 en calidad de educación en matemáticas y ciencias. Sobre este último subrayó que la inversión en educación en México es buena y adecuada, pero el sistema por alguna razón no funciona por los resultados que arroja en eficiencia y aprovechamiento.
En cuanto a innovación, la clasificación mundial ubica a nuestro país en el lugar 79 de 135 analizados, por debajo de Brasil, Colombia, Uruguay, Argentina, Perú y Guyana.
Sobre el rubro de inversión en ciencia precisó que se invierte menos del 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), cuando el promedio mundial es de 2.2 y que llega a incluso a 4 y 5% en países como Israel y Finlandia, que muestran una correlación entre la calidad de vida de la población y recursos destinados a la investigación científica y tecnológica.
José Franco, también director general de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia en la UNAM, destacó que en los últimos 10 años se han graduado 21 mil doctores, lo que muestra un rezago importante en la materia; con casi 19 mil inscritos al Sistema Nacional de Investigadores de un universo de entre 35 y 40 mil, lo que representa “un ejército pequeño” en relación con las necesidades del país. Subrayó que a pesar de escaso número, la calidad de las contribuciones de los investigadores mexicanos es comparable en cuanto al factor de impacto con los de otras latitudes.
Qué se puede hacer con estos y otros indicadores, se preguntó Franco, quien respondió que con iniciativas como la Agenda Nacional de ciencia y la encuesta nacional Agenda Ciudadana se colabora con la generación de proyectos para mejorar el sistema de ciencia, tecnología e innovación y se consolida así al sector como una palanca de desarrollo para el país.
Concluyó que en la actualidad ve con optimismo el futuro de la ciencia y la tecnología en México.