Tal como en otras épocas la vocación de la ciudad se orientó a la construcción de iglesias y posteriormente proliferó la creación de industrias, hoy la ciudad vive un proceso de transformación donde la tendencia del uso del espacio responde a la lógica de procesos económicos, señaló el doctor José Silvestre Revueltas Valle, investigador del Departamento de Investigación y Conocimiento de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante la conferencia El futuro de la urbanización de la Ciudad de México. Tendencias de los espacios públicos, expuso una serie de imágenes para dar cuenta de la transformación que ha sufrido la ciudad durante el siglo pasado, y señaló que a diferencia de otras ciudades en que prácticamente son arrasados “los bloques construidos para volver a construir” como en Lisboa, o para tener un mayor número de manzanas como ocurre en metrópolis como Nueva York, nuestra ciudad tiene un proceso de crecimiento y desarrollo “paulatino”.
El investigador de la Unidad Azcapotzalco explicó que la presencia del mundo prehispánico y del español y de todos nuestros pasados, tanto ecológicos como históricos, coinciden en un mismo lugar y al estudiarlos es posible establecer “qué de esta herencia histórica nos va a pesar, qué se va a volver a repetir y qué es posible que tengamos como un futuro tangible”.
Antes –dijo el investigador apoyándose en una serie de diapositivas de la antigua Villa de Guadalupe, entre otras imágenes– construíamos iglesias, pero después esta vocación se modificó y las antiguas construcciones fueron sustituidas por fábricas. Por tanto, “si antes teníamos una vocación por la salvación de nuestra alma como principal preocupación, ésta se transformó por otra distinta que fue, encontrar trabajo”.
Lo anterior, afirmó el doctor Revueltas Valle, hizo que se alterará también la vocación del espacio en un proceso que es imposible revertir, porque “ya estamos imbuidos en un sistema económico que determina hasta nuestras relaciones humanas más elementales”.
La metrópoli sustituyó su vocación lacustre por una de haciendas y posteriormente por industrias y comercios como centros distribuidores de mercancías y zonas financieras, lo que ha provocado que en la Ciudad de México, el mercado del suelo “se saliera totalmente de control”, desde mucho antes de que en el país se hablara sobre la libertad de mercados.
El resultado de lo anterior es que hoy el Distrito Federal es la ciudad más grande de mundo “y que tengamos que levantarnos a las cuatro de la mañana para medianamente eludir el tráfico”.
Subrayó que la ciudad de México no perdió su vocación como centro político, ni como irradiadora de ideas que conforman el imaginario social. “Mucho cambió la urbe en todos estos años y eso es parte de su notable vitalidad”, pues “mover diariamente a 30 millones de habitantes, sigue siendo una hazaña”.
Frente a este contexto, añadió, el análisis prospectivo resulta imprescindible e incluso urgente, en términos del diseño, señaló el académico del Área Investigación y Prospectiva, quien advirtió que “o sustituimos el automóvil como medio de transporte básico o requeriremos de un tercer piso” en el periférico.
El doctor Marco Vinicio Ferruzca Navarro, jefe del Departamento de Investigación y Conocimiento, destacó que el Seminario de investigación La revolución silenciosa. El diseño en la vida cotidiana de la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XX tiene el propósito de discutir la visión futura de la ciudad, en aspectos como las relaciones sociales, tecnología e igualdad de género, entre otros.