Detectar a la población con mayor riesgo genético de desarrollar cáncer de mama y obtener un nuevo método para identificar la enfermedad, cuando “aun por medio de la mastografía es difícil localizarla”, son dos de las líneas de investigación más “alentadoras” que se siguen por científicos mexicanos en el Instituto Nacional de Cancerología, expuso el doctor Luis Alonso Herrera Montalvo, director de Investigación de dicho instituto de salud.
Durante su participación en el III Foro Institucional y I Congreso Nacional Universidad y Salud que se realizó en la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que la investigación sobre cáncer en México se encuentra rezagada, si se la compara con la que se hace en Estados Unidos y algunos países de Europa, por lo que es necesario coordinar esfuerzos con el fin de que los recursos “que sin ser muchos sí provienen de diversas fuentes”, permitan obtener resultados más pronto.
Apuntó que el cáncer sigue siendo la segunda causa de mortalidad entre la población mexicana y cuya edad promedio de muerte es de 60 años, por lo que la enfermedad y la muerte ocurren en personas en edad productiva.
En relación con el cáncer de mama, Herrera Montalvo dijo que se trata de la neoplasia que mayor mortalidad causa entre las mujeres en México y cuyas cifras se incrementan año con año.
A pesar del rezago respecto a la investigación, en México se hacen importantes aportes, como el Programa de Investigación en Cáncer de Mama del INcan, en el que participa la UNAM, que tiene entre sus líneas de estudio la detección de la población con riesgo genético de desarrollar de forma más pronta la enfermedad, para lo cual se realizan estudios que en un futuro podrían identificar mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, que provocan alrededor de 20 por ciento de los cánceres de mama, y que tienen un componente heredofamiliar.
El propósito, apuntó, es informar a las personas con estos genes que deben tener un seguimiento cercano con su médico, vigilarse y atenderse en forma rápida en caso de que apareciera “la más pequeña bolita” en su mama. Se trata “de una herramienta para brindar lo que se llama un consejo genético” que pudiera aplicarse a una mujer y a todas aquellas que conforman su círculo familiar, ya que estas mutaciones se heredan.
Otro de los estudios que se realizan en este instituto busca detectar, de forma más oportuna a aquellas personas que ya tienen desarrollado un cáncer; hasta el momento las mujeres recurren a los estudios de mastografía una o dos veces al año; sin embargo, estos estudios siguen siendo caros y requieren personal altamente especializado para interpretar las imágenes, pues en ocasiones se descubren lesiones hasta que ya son visibles.
“Nosotros estamos tratando de desarrollar una metodología que detecte esas lesiones cuando todavía por mastografía es difícil identificarlas”. Las ventajas de este método basado en estudios de serología sería mucho más barato y podría aplicarse de manera más rutinaria; además sería una estrategia menos invasiva, pues no se expondría a la gente a radiaciones, y en términos generales podría impactar en la detección oportuna del cáncer de mama.