Si no se actúa a tiempo el número de casos de cáncer de mama en el país continuará en aumento con costos significativos en la vida de las mujeres y sus familias, así como en la economía y la sociedad mexicanas, señaló la doctora Alicia Saldívar Garduño, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La académica refirió que el cáncer de mama es un tema prioritario en los sistemas de salud de todo el mundo porque es la principal causa de muerte entre mujeres en edad productiva y también reproductiva tanto en países desarrollados como en los denominados en vías de desarrollo.
Indicó que una de las maneras de disminuir la mortalidad por esta enfermedad es reduciendo los comportamientos de riesgo asociados con estilos de vida sedentarios, conductas reproductivas y exposición a factores ambientales.
Para revertir la tendencia creciente de esta enfermedad propuso intervenir desde varios frentes: crear una mayor conciencia en las comunidades de mujeres para que monitoreen permanentemente su estado de salud y atiendan cualquier señal anómala que detecten en sus cuerpos por pequeña que parezca; lo anterior implica ocuparse de sí mismas y pocas mujeres lo hacen, lamentó la especialista en psicología social de la salud.
También educar a las nuevas generaciones para que generen el hábito del autocuidado desde la infancia; hay que trasmitir dentro de la familia, en grupos de mujeres, en escuelas, medios de comunicación y otros agentes socializadores la técnica de la autoexploración para la detección temprana de tumores; este hábito para la salud debe socializarse como una norma positiva sanitaria, tal como sucede con el lavado de manos, la limpieza dental o el corte de uñas.
Asimismo, habrá que mejorar la infraestructura de salud para la atención preventiva y el tratamiento y capacitar al personal que ofrece el servicio diagnóstico no sólo para mejorar la calidad del mismo, sino para vincularse a las usuarias, que en muchas ocasiones acuden con temor a la detección clínica.
Saldívar Garduño consideró que la respuesta del sistema nacional de salud ante esta enfermedad fue tardía y aunque se trate de atender la situación los recursos destinados son todavía insuficientes y se dirigen sobre todo a los tratamientos, cuando invertir en educación y prevención es de la mayor importancia en el combate de esta enfermedad.
En su opinión la creación de la Norma Oficial Mexicana para la prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del cáncer de mama es un gran avance, pero falta que su aplicación alcance todos los niveles de atención para que las acciones sean eficaces.
Observó también que a diferencia del cáncer cérvico uterino que se atendió dentro de programas de asistencia social como Progresa, Oportunidades, Contigo y otros similares, y logró frenar el crecimiento del número de casos, esto no ha sucedido con el cáncer de mama, cuyos avances han sido más lentos.
La experta en modelos para el estudio de los comportamientos asociados con la salud, indicó que tomando en cuenta la escasez de recursos de nuestro país, al que aquejan tantos problemas sociales, se debe apostar a construir un capital social para el cuidado de la salud que surja y se desarrolle en las comunidades de mujeres y varones en distintos ámbitos.
Si logramos que en las familias se hable del tema y se aprenda la técnica correcta para la autoexploración, si las amigas pueden trasmitirse información y mensajes positivos sobre la cuestión, y si las instituciones validan y refuerzan este esfuerzo podremos apreciar un cambio en pocas generaciones, aseguró la académica.
“La vida de cada mujer vale la pena para tomar la apuesta y hacer el esfuerzo; aprovechemos los recursos de apoyo que se encuentran al alcance en nuestras redes sociales para tomar la rienda del cuidado de la salud en nuestras manos y tengamos como misión personal difundir el mensaje de la autoexploración y el autocuidado. Por nosotras y por las otras”.