Sandra Isabel Jiménez Mateos *
El cinematógrafo, como lo llamaron los hermanos Lumière, tuvo que pasar por muchas pruebas y desencuentros antes de poder ser algo usable, que valiera la pena ser patentado.
La cúspide de los esfuerzos de los hermanos Auguste Marie Louis Nicolas Lumière (Besançon-Francia, 1862) y Louis Jean Lumière (Besançon, 1864), se dio cuando cayó en sus manos un kinetoscopio, un artilugio patentado por Thomas Edison. En ese momento, después de estudiarlo, con la experiencia de los años que llevaban desarrollando sus propias ideas para capturar imágenes en movimiento, deciden combinar esa tecnología con otros inventos para dar lugar a su propio invento, el cinematógrafo.
Los hermanos Lumière lograron que su invento grabase las imágenes, además de servir como proyector de la cinta en la que habían quedado plasmada. Además añadieron otro detalle que a la larga sería substancial en las tiras de película, el que sus cintas tuviese orificios cuadrados, en lugar de los redondos que había puesto el estadounidense a la cinta de película de 35 milímetros, aunque este cambio lo hicieron sólo con la intención de evitar problemas legales por copia de tecnología.
Otra diferencia substancial es que el cinematógrafo tenía un sistema garfios basado en el mecanismo de las máquinas de coser, que inmovilizaba brevemente cada imagen delante de la ventanilla de proyección logran que la película avanzará de forma intermitentemente, dándole una proyección más estable.
Aún con la tecnología ya desarrollada y sus avances que tenía, tardaron todavía año y medio en poder lograr la patente de su aparato, pues el Kinetoscopio quedó registrado el 31 de agosto de 1897, mientras que su innovación obtuvo la licencia el 13 de febrero de 1895.
Sin embargo, el nombre que registraron no era original, si no que fue una denominación que el inventor francés Leon Bouly le dio a su máquina de guardar imágenes, la cual registró en 1892 y a la que le hizo modificaciones que renovó 27 de diciembre de 1893, al poder proyectar lo grabado, lo cual hacía desde una cinta sin perforaciones, lo que hacía que la proyección fuera inestable.
He ahí la importancia del pequeño detalle de las perforaciones en la cinta de proyección y el mejoramiento hecho por casualidad por los Lumière.
Bouly perdió los derechos sobre el nombre al no poder pagar los mismos en 1894, pero su inventó ya había llamado la atención de los Lumière, quienes al hacer el registro de su máquina le dieron esa denominación al año siguiente.
Ese mismo año graban su primera película, La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir (Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir), la cual se presentó el 22 de marzo de 1895, tres días después del rodaje, en una sesión de la Société d’Encouragement à l’Industrie Nacional en París.
Después de eso vienen presentaciones en universidades y sociedades científicas de Europa, y el 28 de diciembre hacen la primera exhibición comercial, en el Salón Indien del Grand Café del París.
La gloria del cinematógrafo y el cine empezaba.
* Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), de la Universidad Veracruzana