Quién iba a pensar que un hongo, sin ojos, oídos o nariz pudiera representar un peligro para las lombrices, pero para sorpresa de muchos, estos organismos son capaces de espiar y fabricar trampas para proveerse de alimento.

Por un poco más de 25 años, Paul Sternberg ha estudiado a las lombrices, la forma en que crecen, su ciclo de sueño y recientemente, cómo se comunican. Ahora, ha dado un giro a sus investigaciones para concentrarse en cómo es que un hongo podría estar interviniendo las conversaciones de las lombrices.

Los nematodos o lombrices pueden encontrarse en prácticamente cualquier lugar, son uno de los animales más abundantes del planeta y tienen muchos enemigos naturales, como aves y reptiles, así como un numeroso tipo de hongos carnívoros que construyen trampas para atraparlos. Los mecanismos y “tretas” de estos hongos es algo muy interesante, ya que estos organismos parecen tener la capacidad de sentir la presencia de su alimento sin los órganos sensores como nariz u ojos.

Sternberg y Yen-Ping Hsueh, un estudiante de posdoctorado en Biología de Caltech, decidieron utilizar una herramienta para explicar este comportamiento, los ascarosides, una sustancia química que emiten las lombrices cuando están comunicándose entre ellas.

“Si analizamos este fenómeno desde una perspectiva evolutiva, lo que están haciendo las lombrices que es detectado por los hongos, debe ser vital para ellas, de otra manera no vale la pena el riesgo. Así que pensamos que los ascarosides cuadran muy bien en nuestra hipótesis”, dijo Hsueh.

Lo que los investigares descubrieron es que estas sustancias sí son una de las razones que provoca que este tipo de hongos respondan y secreten una de las trampas más comunes de estos organismos, una red parecida a las telarañas, ya que son adhesivas, pero estas estructuras sólo son construidas por los hongos cuando sufren una privación de nutrientes, es decir, cuando tienen hambre.

Los hongos necesitan una gran cantidad de energía para crear la trampa, así que sólo las hacen cuando tienen hambre y están seguros que su presa se encuentra cerca.

“Lo que descubrimos es muy interesante, ya que demostramos la habilidad de un depredador para espiar las conversaciones de sus presa. Las lombrices se comunican entre ellas usando estos químicos y es sorprendente que los depredadores sean receptivos a ellos y de esta forma sepan donde se encuentran”, dijo Sternberg.

“El siguiente paso en la investigación es descubrir el mecanismo molecular que permite al hongo detectar los ascarosides y las vías por las que forman las trampas. También estamos interesados en descubrir por qué es que algunos hongos sí responden a los ascarosides y otros no”, dijo Hsueh.

 

Referencias:

Yen-Ping Hsueh, Parag Mahanti, Frank C. Schroeder, Paul W. Sternberg. “Nematode-trapping fungi eavesdrop on nematode pheromones”. Current Biology.

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