Sobre los casos de muerte antes de nacer y en los primeros días 7 días después del parto, hay muy poca información certera, sobre todo porque no hay datos oficiales sobre el número de pérdidas gestacionales en el mundo.
La pérdida gestacional temprana (PGT) es un término que ha ganado adeptos y que sustituye al de aborto espontáneo, el cual se utiliza menos para estos casos, por la correlación que se hace con los abortos inducidos, a los cuales incluso se les da una connotación criminal y delictiva tanto entre algunos médicos, como autoridades y el público en general.
La PGT representa la patología gestacional más frecuente, estimándose que entre 50 y 75% de los embarazos humanos no superan las 20 semanas; aunque en su mayoría estas pérdidas pasan desapercibidas ya que ocurren en el periodo de pre implantación y/o coinciden con la fecha usual del sangrado menstrual. Solamente 15-25% de las pérdidas gestacionales tempranas ocurren en embarazos clínicamente establecidos.
Las últimas cifras, publicadas en 2016 por The Lancet, estiman que hubo 2,6 millones de muertes perinatales en 2015, de las cuales un 98% tuvieron lugar en países en vías de desarrollo.
La Muerte perinatal: agrupa la muerte fetal tardía y neonatal temprana; es decir, aquellla que ocurrió entre la vigesimoctava semana de gestación hasta el séptimo día postparto.
Los países de África subsahariana y el sudeste asiático son los más afectados, con un 75% de las defunciones intrauterinas.
El objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que en el año 2030 se reduzcan a 12 las muertes perinatales por cada 1.000 nacimientos, frente a las 18,4 muertes por cada 1.000 nacimientos que se registraron en 2015 y las 24,7 defunciones por cada 1.000 nacimientos del año 2000.
Infografía: José Antonio Peñas | SINC