El Golfo de California es guardián de un gran potencial geotérmico, porque una de sus principales características es la gran cantidad de salidas de agua caliente del fondo oceánico. Es agua de mar que entra en contacto con rocas calientes y después busca liberarse hacia la superficie a través de las llamadas ventilas hidrotermales.
Lo que hace al Golfo de California poseedor de toda esta riqueza termal, es el sitio donde se encuentra. Está localizado en una zona de dispersión oceánica, es decir, un lugar donde se está formando una nueva corteza terrestre. Las mismas placas tectónicas pasan por un proceso de reciclaje, movido por la convección del material del manto. El magma fluye hacia la superficie donde las temperaturas más bajas enfrían el denso líquido y hacen que se endurezca, creando la nueva corteza.
Estos centros de dispersión oceánica están bordeados por fallas que se deslizan horizontal y verticalmente y se encuentran en las orillas de las placas con desniveles de más de 10 metros; entre ellas hay unas depresiones en el fondo marino llamadas cuencas.
El Golfo de California está poblado de cuencas que son muy distintas entre sí, las variaciones van desde la temperatura hasta la profundidad, además del espesor de sedimentos que las cubren. Lo importante es catalogarlas para poder aprovecharlas según sus características.
El reciente descubrimiento de actividad hidrotermal en las cuencas de Wagner y de Consag en el Golfo de California, gracias a los estudios realizados por la doctora Rosa María Prol Ledesma, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, y su equipo de trabajo, aporta una visión clara sobre una fuente para el desarrollo de la energía geotérmica, porque estas cuencas tienen ventilas hidrotermales “a flor de piel”, es decir a no más de 200 metros de profundidad y con “fumarolas” que alcanzan más de 50 metros hasta llegar a la superficie.
Éstas generan en promedio, más de mil miliwatts por metro cuadrado; en total se producen más de 4 mil megawatts térmicos en la zona de la cuenca de Wagner, de los cuales, podrían aprovecharse 400 megawatts en la generación de energía eléctrica (que corresponde apenas al 10%). El resto se pierde durante las transformaciones de calor a electricidad, es por esto que la doctora Prol sugiere que en algunos casos es mejor utilizar el fluido termal de los sistemas geotérmicos directamente en procesos industriales o de otro tipo (calefacción, aire acondicionado, invernaderos, etcétera), para su mejor aprovechamiento.
Los 7 kilómetros de sedimentos con los que cuentan estas cuencas, actúan como una capa selladora que mantiene la energía de las capas inferiores, y no solo eso, se encontraron al lado de las salidas hidrotermales, sedimentos que no estaban compactados y que alojan gas, que está formado aproximadamente por 75% de dióxido de carbono y 25% de metano: Un pequeño descubrimiento de hidrocarburos en el golfo de Baja California, específicamente cerca de las cuencas de Wagner y de Consag.
Las campañas oceanográficas que realizó Rosa María Prol junto con su equipo en los años 2007 y 2010 a bordo del buque oceanográfico PUMA, de la Universidad Nacional Autónoma de México, trajeron frutos importantes pues se ha podido postular al Golfo de California como una zona productiva para la geotermia.
Este proyecto de investigación tiene como propósito desarrollar la geotermia a través de proyectos como el IMPULSA IV-UNAM, donde se han producido diseños de plantas geotermoeléctricas submarinas sustentables para la generación de energía eléctrica en ventilas someras y profundas, con un mínimo de afectación al ambiente y a los ecosistemas.
“El extremo norte del Golfo de California es una zona muy poco estudiada y de la cuál esperamos obtener más información, y no sólo en el ámbito de la geotermia”, concluyó la doctora Prol Ledesma.
Los comentarios están cerrados.