Los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) no están dispuestos a luchar por la industria petrolera y su propuesta es única: modificar la Constitución Política para que ingresen operadores internacionales. 

Al final si alguna de estas propuestas de reforma energética es votada por el Congreso de la Unión, se podrá afirmar que después de 75 años de manejar la industria petrolera no fuimos capaces de desarrollar su capacidad tecnológica, señaló Roberto Gutiérrez Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el Foro de Reflexión sobre la Reforma Energética que se llevó a cabo en la Unidad Iztapalapa de la UAM, el especialista indicó que “debemos impugnar el sistema en el que se envolvió la industria petrolera; un sistema que privilegió intereses particulares, que hizo mal uso de los recursos, y mermó las posibilidades del Instituto Mexicano del Petróleo”.

Para el académico, Pemex no puede ser sólo una empresa que suministre de recursos fiscales al gobierno, sino una que se desarrolle a sí misma, lo cual no está planteado en la propuesta de estos partidos; de aceptarse la propuesta energética del Ejecutivo, en la competencia con las grandes trasnacionales del petróleo, Pemex se hará cada vez más pequeña.

En cuestión de ganancias, nadie presenta números, no se especifica con certeza lo que se obtendrá de tales contratos, tampoco se dice que la concepción de la industria petrolera se modificará totalmente y se pone en riesgo la renta más importante del país, enfatizó el académico.

La idea central de la reforma energética del PRI y del PAN es inamovible, ellos no ven las amplias perspectivas que se abrirían a la industria petrolera con la construcción de nuevas refinerías y ductos, tampoco creen en retomar el desarrollo tecnológico en Pemex, simplemente están decididos a llevar a la industria petrolera al terreno de lo mercantil, lamentó.

De la misma manera que se hizo con la reforma petrolera de 2008 en la que se anunciaron grandes yacimientos de petróleo en las profundidades del Golfo de México –de los 26 pozos perforados sólo tres resultaron productivos, sin que aún se sepa cuáles son sus reservas–, en 2013 se habla de grandes reservas –no probadas– para que los ciudadanos acepten la reforma energética propuesta por el Ejecutivo para este año.

La doctora Rosío Vargas Suárez, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que a Estados Unidos le interesa que la propuesta del Ejecutivo sea aceptada, porque busca garantizar su seguridad energética incrementando la plataforma de exportación de México. 

El gobierno estadounidense, dijo, tiene como uno de sus objetivos más importantes la independencia energética, y es un hecho que Canadá y México están incluidos para alcanzar esta meta con la incorporación de su producción.

Comentó que el Proyecto de Integración Energética de América del Norte es fundamental para los Estados Unidos y la forma de concretarlo es mediante la entrada de los consorcios petroleros transnacionales a México, así como conseguir las garantías jurídicas para entrar a toda la cadena de producción de la industria petrolera.

Se sabe, subrayó, por algunas filtraciones a la prensa, que el gobierno viene negociando la posibilidad de que las reservas de México entren como activos en los contratos de utilidad compartida en las empresas trasnacionales del petróleo, ya que contar con estos activos en su contabilidad les sirve para tener financiamiento internacional.

Los contratos de utilidad compartida son el preámbulo para el régimen de concesiones y una vez modificado el derecho de propiedad con estos instrumentos, los activos son parte de estas empresas extranjeras, y serán defendidos por el Estado de donde provengan; una expropiación o renacionalización a uno de estos consorcios nos enfrentaría en tribunales internacionales con estas empresas y  con el Estado de origen.

Coincidió en la necesidad de integrar a la discusión las experiencias internacionales de la apertura a los grandes consorcios petroleros. “Estas empresas tienen como única lógica las ganancias, producen mucho para vender en el mercado internacional, no están preocupados por la mejora de los indicadores económicos, de hecho colocan sus ganancias en las latitudes donde están sus filiales y no reinvierten en los países donde se instalan para aprovechar el recurso petrolero”.

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