De las cinco especies que existen en el mundo de tiburones sierra, en México se encuentran dos: Pristis pectinata o tiburón sierra de dientes pequeños y Pristis pristis o tiburón sierra de dientes grandes. Sin embargo, de éstas, en nuestro país ya solo existe un tiburón de dientes pequeños que se encuentra resguardado en el acuario de Veracruz.
La baja densidad poblacional de los tiburones sierra y su desaparición en grandes porciones del planeta, lo colocan como el grupo de peces más amenazados del mundo, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). “En casi todas las regiones, donde fueron alguna vez comunes, no se han visto en décadas. Es una especie en grave riesgo de extinción”, declaró el oceanólogo Ramón Bonfil, líder de la asociación civil Océanos Vivientes, que lanzó la iniciativa de conservación Proyecto Pristis México.
“Nuestro principal objetivo es recabar información actualizada sobre la distribución y abundancia relativa de los tiburones sierra de dientes chicos y de dientes grandes en México. También esperamos encontrar poblaciones remanentes de tiburones sierra, y en colaboración con pescadores locales, enfocarnos a protegerlas y asegurar su recuperación a fin de tener ecosistemas marinos saludables”, dijo el especialista en elasmobranquios con más de 30 años de experiencia en el manejo pesquero.
Para encontrar a estos peces, hace falta rastrear todas las costas mexicanas en donde normalmente habitaban, por lo que los investigadores se ayudan de las redes de pesca, drones y una nueva herramienta, el “ADN medioambiental”, nueva técnica para el rastreo de especies.
“Todos los organismos desprendemos células que contienen información sobre nuestro material genético llamado ADN (ácido desoxirribonucleico). En el caso de los peces, estos dejan restos de este ADN en el agua, con lo que podemos rastrear si algún tiburón sierra pasó cerca. El rastro no dura demasiado, algo así como una semana o días, pero esto nos permite buscarlos”, explicó el especialista en evaluación de poblaciones.
Los tiburones sierra de dientes chicos y grandes forman parte del grupo de peces cartilaginosos, o sea, que su esqueleto no está hecho de hueso, al igual que ocurre con las rayas. Eran abundantes en zonas bajas de la costa, bocas de ríos, esteros, manglares, estuarios y lagunas costeras, y generalmente se encontraban en profundidades menores a 20 metros y habitaban, de acuerdo al más reciente estudio realizado, en toda la costa de la República Mexicana, explicó el doctor Bonfil.
El rápido decremento de los tiburones sierra, comentó el doctor en filosofía sobre Manejo de Recursos Naturales y Ciencias Medioambientales por la Universidad de Columbia Británica, se asocia con el crecimiento de la industria pesquera en México.
De acuerdo con su estudio titulado: Former Widespread Abundance and Recent Downfall of Sawfishes in Mexico as Evidenced by Historical Photographic and Trophy Records (La ex abundancia generalizada y la reciente caída del tiburón sierra en México evidenciadas por los registros históricos fotográficos y de trofeos), publicado este mes en la revista Fisheries, hasta antes de 1950 era muy común que los pescadores encontraran tiburones sierra, sin embargo, con el auge de la industria pesquera en 1970 su presencia disminuyó y después de los años 2000, los avistamientos llegaron a cero.
Hasta ahora el investigador y su equipo de trabajo han monitoreado algunas de las zonas en donde históricamente se habían encontrado los tiburones sierra y esperan en 12 meses concluir los estudios en Oaxaca, Quintana Roo y Campeche. “Sin embargo, la cobertura territorial aún es mínima, requerimos el apoyo de otras instituciones de investigación, recursos humanos y recursos económicos pues es una investigación de cobertura nacional que urgentemente necesita de estos tres aspectos”.
Mucha gente, continuó, ignora la situación crítica de los tiburones sierra, por lo que es necesario divulgarlo para protegerlos con la ayuda de la sociedad y del gobierno. Los tiburones sierra tienen una función biológica importante como reguladores del ecosistema, ya que es un depredador de peces. Una vez que se pierde una especie, se genera un desbalance, y México no puede permitirse el riesgo de perder dos especies de tiburones.