Ahora niños con discapacidad visual pueden percibir imágenes y colores con las manos, mediante un sistema tecnológico que emite vibraciones que representan los colores, el cual se aplica sobre todo con estudiantes de educación básica.
El sistema fue desarrollado en el Instituto Tecnológico de Pereira, en Colombia, como un proyecto de grado, que se convirtió en un proyecto comercial y que tiene una patente PCT, que le permite entrar en 127 países del mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud, en la tierra hay 118 millones de personas con discapacidad visual
La aplicación a través de un software de forma periférica, cuenta con una pantalla dividida en una cuadricula donde está cada uno de los colores y cada punto debe vibrar a una velocidad de acuerdo a un color.
“Entonces el negro va a una velocidad mayor, el blanco es la ausencia de vibración y el rojo es intermedio, y así con cada color”, declara María Fernanda Zúñiga Zavala, una de las integrantes del equipo, quien agrega que la empresa de carácter social está constituida desde febrero de 2008, pero trabajan en esta iniciativa desde el año 2004.
El Proyecto Iris utiliza electroimanes y un entramado de cables, el cual transforma imágenes de computador en impulsos electromagnéticos que permite a los discapacitados visuales percibir la imagen con sus manos tocando un dispositivo.
“Allí hay un proceso pedagógico porque los colores de manera visual son de carácter universal y con el proyecto Iris sucede lo mismo. Hay que hacer una convención táctil y se hace con un proceso de enseñanza, donde las personas interpretan que cada vibración corresponde a un color específico”, indicó Zúñiga para la agencia de noticias DiCYT.
La implementación de Iris al interior del aula requiere de un tutor, quien también se conecta al computador y orienta al estudiante con dibujos e imágenes que quiere mostrarle al estudiante.
El conocimiento puede llegar hasta cuando los niños reconocen líneas, formas geométricas y figuras más complejas como barcos, que se construyen a través de un trapecio, un triángulo y una línea.
En el año 2010, el Proyecto participó de una convocatoria del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), que buscaba evaluar si la iniciativa servía como herramienta pedagógica en los colegios. Los estudios se hicieron a 31 estudiantes de cinco a once años de edad del Instituto para niños ciegos de la Fundación Juan Antonio Pardo Ospina, que es un colegio que acoge a la gran mayoría de niños con discapacidad visual en Colombia, donde se pudo establecer, que en cinco minutos, un niño es capaz de identificar cuatro colores diferentes. “Se logró comprobar que con la aplicación de Iris se mejoran las habilidades táctiles y cognitivas de los estudiantes”, cuenta Zúñiga.
Los costos para adquirir la tecnología Iris ascienden a tres mil dólares, inversión que no puede cubrir un padre de familia en condiciones económicas bajas y menos un colegio del estado el cual no cuenta con ese presupuesto. “Estamos buscando un modelo de subvención para que, por medio de cooperación internacional, los colegios puedan tener esta tecnología”, explica Zúñiga, quien agrega que para alcanzar ese objetivo, viajaron a Estados Unidos donde existen los recursos y de esa manera reducir los costos con el propósito de que el dispositivo sea útil a varios usuarios.
La discapacidad, -insiste Zúñiga- se debe abordar de manera diferente y esta iniciativa pretende mejorar los procesos pedagógicos y quiere ser incluyente para que las personas tengan las mismas condiciones que las demás personas.