Las técnicas desarrolladas por arqueólogos y antropólogos físicos, y la metodología para llevar a cabo una excavación de restos óseos, son compartidas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con expertos en criminalística de la Procuraduría General de la República (PGR), como parte de la colaboración entre ambas dependencias para la investigación forense.

Dicha cooperación se dio a conocer en el foro Técnicas de prospección y excavación para la búsqueda de restos óseos humanos, donde expertos de la PGR reconocieron la amplia experiencia de los especialistas del INAH en la aplicación de métodos científicamente probados para la recuperación de osamentas prehispánicas y coloniales, que representa una aportación notable al trabajo forense.

Reunidos el pasado viernes en el Auditorio “Fray Bernardino de Sahagún” del Museo Nacional de Antropología (MNA), expertos de ambas dependencias hablaron de dicha colaboración, iniciada en marzo de 2011, a partir de la participación de antropólogos físicos del INAH en diligencias que realiza la Subprocuradoría Especializada en la Investigación de Delitos Federales.

Renán Cleominio Zoreda Novelo, titular de este organismo, dijo que instancias como el INAH están muy avanzadas en tecnología y en materia de excavación, “que han puesto a disposición de la PGR para llevar a cabo nuestras investigaciones, de acuerdo con los estándares y protocolos internacionales”.

Señaló que la investigación forense, por su naturaleza y complejidad, “es una de las tareas más difíciles de llevar a cabo, sin embargo, cada día se cuenta con más tecnología que contribuye en la procuración de justicia”.

En su oportunidad, el doctor Jorge Arturo Talavera González, de la Dirección de Antropología Física del INAH, se refirió tanto a las técnicas desarrolladas por arqueólogos y antropólogos físicos, como a la metodología para llevar a cabo una excavación de restos óseos, que ha resultado de gran ayuda al trabajo forense.

Destacó que el “criminalista de campo es el arqueólogo del presente y el arqueólogo es el criminalista de campo del pasado”, por lo que su trabajo es similar, y muchas veces la dificultad de los casos requiere de una estrategia de trabajo interdisciplinaria.

Refirió que si antaño la Procuraduría llamaba a los antropólogos físicos del INAH, era para determinar si algún resto óseo era prehispánico o contemporáneo. Actualmente esta colaboración se ha desarrollado y ya se cuenta con un dictamen compartido, llamado “bioarqueológico”, donde participan y firman todos los especialistas involucrados en una investigación.

Adelantó que para agosto de 2014 se comenzará a impartir la especialidad de Antropología Forense en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), aprobada por el Consejo Académico. Se cursará en año y medio, después de concluir alguna licenciatura en antropología (física, social), arqueología y etnología, y también estará abierta a médicos u odontólogos.

Talavera señaló que la certificación como “perito forense” es algo que el país requiere, pues en el INAH sólo existen alrededor de 15 antropólogos físicos  capacitados para ser peritos forenses, quienes además están abocados a sus proyectos de investigación, de tal manera que es necesaria la creación de nuevos cuadros.

Por su parte, el antropólogo físico Israel David Lara Barajas, investigador del Centro INAH Querétaro y perito forense, señaló que el papel de este tipo de especialistas del Instituto es de coadyuvancia, cuya opinión pesa en la elaboración de los dictámenes.

Con respecto al trabajo conjunto con la PGR, señaló que “el principal resultado es que se ha demostrado que la técnica funciona muy bien, el trabajo interdisciplinario ha dado buenos resultados, por lo que puedo decir que el modelo bioarqueológico funciona para este tipo de investigaciones”.

También participaron en la conferencia la agente del Ministerio Público Federal (MPF), Martha Patricia Valadez, adscrita a la Coordinación General de Investigación de la PGR, con una explicación de los estándares generales y protocolos que actualmente son utilizados en las diligencias que se llevan a cabo en la búsqueda de restos óseos humanos.

Explicó que la pauta legal y jurídica para la participación del INAH está en el artículo 225 del Código Federal de Procedimientos Penales que establece que si la institución no cuenta con un experto, tendrá que buscar peritos en otras dependencias del gobierno federal o en instituciones académicas.

“Nosotros detectamos que en el INAH había los expertos que necesitábamos, y además contamos con la suerte de que las autoridades del Instituto nos dieron todas las facilidades para que sus especialistas pudieran acompañarnos, no obstante que éstos tienen otros compromisos con su institución”, señaló la agente del MPF.

Concluyó que el dictamen “bioarqueológico”, además de contar con los dictámenes y las firmas de todos los expertos, también incluye las conclusiones y recomendaciones que la autoridad de impartición de justicia atenderá posteriormente.

Asimismo, participó la ingeniera geóloga Dafne Shenine Ramírez Mendoza, docente de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, quien detalló las técnicas de prospección geofísica en casos forenses, donde son utilizados aparatos como el georradar y resistivímetro para encontrar objetos enterrados.

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