Un grupo de investigadores, con participación española, ha encontrado el causante, un gen mutado, de que los tomates tengan menos azúcares y por tanto sepan peor, lo que abre la puerta a la creación de frutos «con menos sabor a cartón».
En concreto, los investigadores han descrito en la revista Science las bases moleculares por las que se produce una maduración uniforme en los tomates (color rojo muy atractivo pero con menos sabor) y han constatado que una variación en el gen GLK2 provoca que los frutos de tomates en desarrollo no realicen correctamente la fotosíntesis.
Este gen es un factor de transcripción y como tal actúa como un director de orquesta, dando órdenes a otros genes, ha explicado a Efe Rafael Fernández, uno de los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) implicados en este trabajo.
En este caso, dice a las células del fruto en desarrollo, en presencia de luz, que organicen los cloroplastos para hacer la fotosíntesis.
El cloroplasto es el orgánulo celular de las plantas encargado, entre otras cosas, de la síntesis de los azúcares a partir del CO2 y de la luz mediante el proceso de la fotosíntesis, ha añadido.
Según Fernández, la mayor parte de la fotosíntesis tiene lugar en los cloroplastos de las hojas y los azúcares allí producidos son transportados a los frutos, pero al menos el 20 por ciento de los azúcares del tomate podrían provenir de la fotosíntesis realizada directamente en los cloroplastos del fruto.
El aspecto de los tomates silvestres y de las variedades antiguas «de huerta», que presentan una gradación verde con un color más intenso en la parte superior, en la mayoría de los casos no es deseable para la industria y el transporte.
Debido a esto, y a una mayor probabilidad de que el fruto se agriete, a mediados de los 50 se introdujo una mutación en un gen llamado «u» que proporciona frutos que al madurar quedan de color uniformemente rojo muy atractivo.
Los resultados de esta investigación identifican el gen responsable de la mutación «u» que produce tomates uniformemente maduros (sin hombros verdes) y revelan cuáles son las bases moleculares por las que la introducción masiva que se hizo hace décadas del carácter «maduración uniforme» puede haber afectado negativamente a la calidad de los frutos.
Ello se debe a que los frutos con el gen «u» poseen una versión mutada del gen GLK2, que frena la fotosíntesis e implica un 20 por ciento menos de azúcares en los tomates, ha detallado Fernández.
Este científico advierte de que si bien la falta de azúcar es una de las causas del «sabor a cartón» de los tomates, no es la única: la mayoría de las variedades comerciales tienen, además, alterados los genes de larga duración poscosecha, que hacen que los tomates aparentemente estén maduros al mostrar el color rojo pero en realidad no han terminado de madurar ni acumular las sustancias que debían dar su sabor característico.
Este estudio ha sido desarrollado con científicos de Argentina y EEUU, además de los españoles del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (centro mixto de la Universidad Politécnica de Valencia y el CSIC) y del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (CSIC y Universidad de Málaga).
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