Los nemertinos son un filo de invertebrados fundamentalmente del medio marino. Uno de los grupos de investigación especilizados en estos raros gusanos es el de Biodiversidad Marina EU-US –coordinado por el profesor Juan Junoy– de la Universidad de Alcalá, y con ellos contactó un equipo de la Universidad de Barcelona por un caso muy especial.
Se trataba de un nemertino encontrado en la Antártida que incuba sus huevos, como las gallinas. La nueva especie para la ciencia se ha bautizado como Antarctonemertes riesgoae y en su descripción también han participado investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) y del Instituto Español de Oceanografía (IEO). Los detalles se publican en la revista Polar Biology.
Lo que descubrieron en las rocas y algas de la Antártida fueron unos capullos azulados de unos 2-3 cm de longitud en los cuales se encontraba un nemertino incubando sus huevos. La hembra, durante la reproducción, exuda una sustancia mucosa por la pared del cuerpo que se solidifica en contacto con el agua de mar formando una cúpula elástica.
Construido el capullo, la hembra deposita sus huevos en su interior y se posa sobre ellos. La protección no sólo es pasiva, debido a la barrera física que suponen las paredes del capullo y el cuerpo de la madre. También hay una defensa activa. Si se intentan arrancar los capullos, la hembra emerge por un orificio del capullo y trata de asestar «trompazos» con su probóscide.
Este comportamiento no es el habitual en los nemertinos. La mayoría depositan sus huevos y se olvidan de ellos, como pasa con otros muchos animales. Son estrategas de la «r», es decir, basan su éxito reproductivo en poner muchos huevos, confiando en que uno o dos lleguen hasta el estado adulto.
La otra opción es la excepcional en este grupo. Si se disminuye el tamaño de la puesta, se reduce igualmente las tasas de mortalidad, lo que se consigue aumentando los cuidados sobre los huevos. Es lo que hacen las aves: construir un nido y proteger su puesta.
Esta insólita conducta reproductiva se ha desarrollado como consecuencia frente a las duras condiciones ambientales del Antártico, ya que no se conoce ningún otro nemertino incubador. Como otros muchos animales antárticos, tiene que reproducirse exclusivamente durante el verano polar y asegurar que esa reproducción tenga éxito.
Nemertinos, gusanos con probóscide
Los nemertinos no son muy abundantes, pero tampoco son raros. Su característica distintiva es la presencia de una probóscide interna que suele ser tan larga como su cuerpo y que desenvaina cuando quiere cazar o defenderse. Algunos de ellos, como el protagonista de esta historia, tienen un mecanismo todavía más sofisticado. La trompa está armada, tiene una daga, y cuando la saca, apuñala a sus presas.
Son muy elásticos. Un ejemplar de unos 30 centímetros puede llegar a estirarse hasta un metro. El rango de tallas es muy amplio, hay algunos muy pequeños que a veces no llegan ni al centímetro y otros muy largos. De hecho, ejemplares de la especie Linneus longissimus llegan a alcanzar los 60 metros de longitud.