Parece una fábula de Esopo, pero es un hallazgo científico. El aumento del nitrógeno en el suelo, indirectamente vinculado con la quema de combustibles fósiles y el aumento de las actividades industriales y agrícolas, está produciendo un deterioro en la biodiversidad vegetal que podría ser contrarrestado por la acción de vacas, liebres, ciervos y otros animales herbívoros.
Así lo reveló un estudio global publicado en Nature, que evaluó el efecto del aumento del nitrógeno en 40 pastizales de varios países del mundo. Aunque el nitrógeno es un nutriente esencial para las plantas, su exceso en el suelo es contraproducente porque promueve el crecimiento de especies vegetales “que le dan sombra a otras especies menos competitivas que no logran sobrevivir”, señaló a la Agencia CyTA uno de los autores del estudio, el doctor Juan Alberti del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), que depende de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y del CONICET.
Sin embargo, el equipo de 55 científicos, liderado por la doctora Elizabeth Borer, de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, identificó también el “antídoto”: la falta de herbívoros produjo disminuciones de hasta un 97 por ciento en la luz que llega a la superficie del suelo, lo que llevó a pérdidas de hasta un 80 por ciento en la biodiversidad vegetal.
En otras palabras: “en los casos en los que los animales herbívoros (liebres, ciervos o vacas, dependiendo del lugar) aumentan la cantidad de luz que llega a la superficie del suelo, también se incrementa la cantidad de especies vegetales”, destacó Alberti.
De acuerdo al investigador, conservar la diversidad vegetal es vital para el funcionamiento de los ecosistemas y le brinda a la humanidad valiosos servicios como un reciclaje de nutrientes más eficiente, mayor secuestro de carbono y resistencia a invasiones de plantas exóticas, entre otros beneficios.
Científicos en el estudios de pastizales y recuperación- Dr Juan Alberti