El 16 de Marzo de 1926, se produjo el primer despegue de un cohete de combustible líquido, cambiando para siempre el alcance de la exploración científica. Este acontecimiento está vinculado directamente con el nacimiento de la NASA 30 años más tarde.
Hace menos de un siglo, los astrónomos se basaban exclusivamente en observaciones terrestres para un mayor estudio científico. Hoy en día, los descendientes de ese primer cohete de combustible líquido ponen los ojos sobre los fenómenos cósmicos, y desentrañan los misterios del universo temprano.
Nada de esto sería posible sin los experimentos del profesor de física de Massachusetts Robert Goddard, más conocido por la invención del cohete de combustible líquido. El homónimo del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, soñó desde el año 1909 en la creación de un vehículo interplanetario. Si bien no pudo lograrlo en vida, sus invenciones en la primera mitad del siglo XX se convirtieron en la base de la ingeniería para los cohetes que llevaron a los seres humanos a la Luna en la década de los 60 y para los cohetes de hoy en día.
Los empleados del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, recrearon el primer lanzamiento de un cohete de combustible líquido frente al Edificio 8 en 1976. Image Credit: NASA/Goddard/Robert Garner
Antes de la experimentación de Goddard, los cohetes no habían cambiado mucho en varios siglos. Ingenieros chinos los inventaron como máquinas de guerra en el siglo XIII, usando pólvora sólida como combustible. Pero Goddard se dio cuenta de que los propelentes líquidos ofrecen una serie de ventajas sobre los cohetes de combustible sólido. Comenzó a probar cohetes alimentados por gasolina y oxígeno líquido.
El nuevo diseño planteaba una serie de retos. Por ejemplo, tenía que encontrar una manera de mezclar el combustible con oxígeno. De lo contrario, no quemaba lo suficientemente rápido para producir el empuje necesario para levantar el peso del cohete. También tenía que encontrar una solución mecánica para presurizar la cámara de combustible y que alimentase de forma continua con combustible al motor. Cada solución que encontró trajo consigo un nuevo desafío por resolver.
Después de casi 17 años de trabajo, Goddard lanzó con éxito su creación el 16 de Marzo de 1926. «Parecía casi mágico, ya que se levantó, sin ningún tipo de ruido o llama apreciablemente mayor, como si dijera ‘He estado aquí el tiempo suficiente, creo que voy a ir a otro lugar, si no te importa'», escribió Goddard en su diario al día siguiente.
«La mayoría de los cohetes de hoy en día usan combustibles líquidos debido a que proporcionan más empuje por unidad de combustible y permiten a los ingenieros manejar el tiempo que el cohete permanecerá iluminado con más precisión. Por ejemplo, el Atlas V, en el que se lanzan muchas misiones de la NASA y el Ariane V, usan combustibles líquidos en una o más de sus etapas.
A lo largo de su carrera, así como después de su muerte, Goddard fue galardonado con más de 200 patentes de sus inventos, muchos de los cuales pertenecían a la cohetería. Estos también incluyen la invención de cohetes de etapas múltiples, que contienen múltiples tanques de combustible y segmentos de motor desechables a medida que se vacían.
«El trabajo de Goddard no se detuvo allí. Él continuó mejorando en sus conceptos de cohetes hasta su muerte en 1945. EE.UU. no tuvo en cuenta todo el potencial de su trabajo hasta después de su muerte – de hecho, algunas de sus ideas acerca de alcanzar el espacio exterior fueron ridiculizadas durante su vida. Pero el primer vuelo de un cohete de combustible líquido fue tan significativo para la exploración del espacio como el primer vuelo de los hermanos Wright para los viajes aéreos, y 90 años más tarde, sus patentes siguen siendo parte integral de la tecnología de los vuelos espaciales.