Pakal en el Centro del Universo

Pakal en el Centro del Universo


K»inich Janaab» Pakal (Que es una de las formas en que se interpreta la grafia maya de su nombre al español) o Pakal “el Grande”, nació -de acuerdo con el calendario cristiano- el 23 de marzo de 603 y falleció el 28 de agosto de 683. Según la cuenta larga del calendario maya nació el 9.8.9.13.0 8 ajau 13 pop.

Fue un ahau o gobernante del ajawlel o señorío maya de B»aakal, cuya sede era Lakam Ha», ahora conocida como la zona arqueológica de Palenque, ubicada en el norte del estado mexicano de Chiapas.

Fue entronizado por su madre a la edad de doce años, gobernó desde el año 615 hasta el 683, la fcha de su muerte.

Ascendió al poder después de que Palenque hubiera sufrido un período de adversidad. Durante las primeras décadas de su gobierno se vivió un época de paz y productividad.

En el 659 inició una campaña militar que consolidó a Palenque como una de las ciudades más importantes de la región. El gobierno de Pakal se caracterizó por haber impulsado el crecimiento de la obra arquitectónica de Palenque y por haber iniciado los registros jeroglíficos de su historia dinástica.

Su padre fue K»an Mo» Hix, quien era cho»j ajaw, un noble de segundo rango cuyo linaje subordinado vivía posiblemente en el Grupo Piedras Bolas. Su madre fue Sak K»uk, a quien se le considera hija de Janaab» Pakal y nieta de Yohl Ik»nal, por ende, perteneciente al núcleo dinástico del señorío de B»aakal.

El nacimiento de Pakal el Grande ocurrió durante un época de confrontaciones bélicas entre el señorío de B»aakal —que era gobernado por su tío abuelo Ajen Yohl Mat— y el señorío de Kan —cuya sede principal era Calakmul—, que duraron más de una década. Entre el año 611 y 613, en un lapso de dieciséis meses, murieron su abuelo Janaab» Pakal y su tío abuelo, Ajen Yohl Mat, lo que generó una crisis dinástica en el señorío de B»aakal. Los padres de Pakal regresaron a Palenque para promover su entronización, probablemente pactando alianzas con los diferentes grupos de nobles y jefes de linajes, para contraponerse al otro reclamante del trono Ik» Muuy Muwaan, quien terminó por establecerse en Tortuguero.

El 9.9.2.4.8 5 lamat 1 mol, es decir, el 26 de julio del 615, Pakal fue entronizado por su madre. La escena se encuentra tallada en altorrelieve en el tablero ovalado de la Casa “C” del Palacio de Palenque: Sak K»uk hace entrega de las insignias de poder a su joven hijo, un tocado real utilizado por los gobernantes conformado por anillos de jade y una imagen de la deidad de la realeza maya Hu»unal, mientras que Pakal se encuentra sentado en un trono con doble cabeza de jaguar. Pakal tenía doce años de edad, por lo que se considera que su madre fue la verdadera depositaria del poder dinástico durante varios años.

El 6 de febrero de 644, después de morir Ik» Muuy Muwaan I, B»ahlam Ajaw fue entronizado en Tortuguero. Este nuevo gobernante inició una política de guerra en contra de Lakamha» (Palenque) y de sus ciudades aliadas.

El 1 de junio de 644 realizó el primer ataque contra Ux Te» K»uh —lugar de donde era originaria Tz»akbu Ajaw— sin lograr someter al gobernante local. Este sería el principio de una serie de confrontaciones entre ambos señorios y de Palenque contra otras zonas por el control regional.

El 31 de agosto del 683 d.C., 6 Edznab 11 Yax en el calendario maya, se extinguió la luz sagrada que había iluminado a Palenque durante muchas décadas.

En el momento preciso de su muerte, ocurrida en su habitación del palacio, colocaron en su boca una cuenta de jade, que recogió el aliento vital. Luego pusieron entre sus labios un poco de masa de maíz, sustancia sagrada con la que habían sido formados los primeros hombres; en seguida lo amortajaron con lienzos de algodón, y a un lado de la estera en la que reposaba depositaron vasijas con agua y alimentos, así como sus amuletos protectores. Después de velarlo durante tres días, de hablarle continuamente para que no se sintiera solo, cuidando su sombra y orando a los dioses para mantener con vida su espíritu mientras iniciaba su camino por el mundo inferior, sus hijos Chan-Bahlum y Kan Xul, sus nueras y sus nietos, se prepararon para celebrar la gran ceremonia funeraria. A través de ella los vivientes pondrían su parte a fin de ayudar al espíritu del gran señor en su peligroso descenso hacia el Xibalbá, el «Lugar de los que se desvanecen», donde se encontraría frente a frente con Ah Puch, «El Descarnado», para luego morir definitivamente, es decir, transformarse en energía de muerte y ocupar su sitio en el frío y oscuro reino subterráneo. Pacal iría al Xibalbá porque había fallecido de muerte natural, aunque su condición sagrada le permitiría ascender al nivel terrestre y al cielo en algunas ocasiones.

Muchos años antes de su muerte, el propio Pacal había ordenado construir su sepultura, recreando sobre ella, en la forma de una alta pirámide de nueve niveles, el espacio infraterrestre, que se concebía como una pirámide invertida de nueve estratos por los que su espíritu habría de descender hasta llegar a su última morada. En lo alto de la pirámide erigió un templo donde mandó escribir la historia de su linaje y donde se le rendiría veneración, pues por haber sido un gobernante iniciado, un gran chamán, al morir se convertiría en un dios. Acudiendo al llamado del rito en su honor, su espíritu ascendería por un angosto canal en forma de serpiente que iba desde la cámara funeraria hasta el templo, porque ese sitio donde había colocado su enorme sarcófago representaba precisamente el Xibalbá, la región situada en el noveno estrato del inframundo.

En una bella lápida que se colocaría sobre su sarcófago, Pacal hizo esculpir una gran imagen cósmica que definía su sitio en el centro del universo, como ser humano y como gobernante.

El famoso “astronauta” maya.

Ahí está él, recostado sobre el mascarón descarnado que representa el aspecto de muerte del dios supremo, que era un gran dragón bicéfalo. El signo del Sol, que al lado del de la muerte corona el mascarón, indica el camino del astro por el mundo infraterrestre. Así, el gobernante, identificado con el Sol, descendería como él al inframundo y renacería sacralizado. El cuerpo de Pacal se representó en la entrada de la gran boca de la tierra que conduce al inframundo, formada por las fauces superiores levantadas de una serpiente de dos cabezas, símbolo del reino de la muerte. De la nariz del gobernante surge un signo que representa al espíritu abandonando el cuerpo, y desde su pecho se levanta una cruz que remata en lo alto con una mandíbula de serpiente hecha de cuentas de jade, piedra que representa la vida, sobre la que se posa a su vez el pájaro-serpiente, otro símbolo del dios supremo en su aspecto celeste y solar. La barra horizontal de la cruz es una serpiente de dos cabezas, como la del inframundo, pero con mandíbulas de jade. Esta cruz serpentina es la imagen del dragón celeste, pero también el árbol que está en el centro del mundo y que divide los cuatro rumbos cósmicos, y en ella se enlaza otra serpiente bicéfala de cuyas mandíbulas abiertas surge el rostro del dios Kawil o Bolón Dz’acab, protector de los gobernantes. Alrededor de esta compleja representación simbólica del universo como lo concebían los mayas, formado por tres niveles: el cielo, la tierra y el inframundo, con sus cuatro rumbos, se esculpió la Vía Láctea, poblada de astros, que para los mayas era también el cuerpo del gran dragón celeste.

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