Según una investigación nueva publicada en una edición reciente de Astrophysical Journal Letters, una gigantesca nube de hidrógeno se abalanza hacia la Vía Láctea a casi 700.000 millas por hora (unos 1.127 km/h).
La nube de Smith le debe su nombre al estudiante de Doctorado en Astronomía Gail Smith, quien la descubrió a principios de la década de 1960 gracias a las ondas de radio que emitía el hidrógeno.
Las observaciones del telescopio espacial Hubble sugieren que la nube se originó a partir del borde externo de la Vía Láctea hace unos 70 millones de años.
Según los científicos de la NASA, la nube está en trayectoria de regreso y en rumbo de colisión, y se espera que se estrelle en el disco de la Vía Láctea en unos 30 millones de años. Cuando se estrelle, los astrónomos creen que dará origen a una espectacular formación de estrellas y tal vez genere el gas suficiente para que se formen 2 millones de soles.
Andrew Fox, del Instituto Científico del Telescopio Espacial, afirmó: “La nube es un ejemplo de los cambios que sufre la galaxia con el paso del tiempo. Nos está diciendo que la Vía Láctea es un lugar dinámico y muy activo donde el gas puede salir expulsado desde una zona del disco para luego volver a otra zona”.
Si bien la nube es invisible, la agencia espacial ha mostrado imágenes de falso color donde se indica la trayectoria de la nube con el paso del tiempo y su tamaño en relación con la luna llena de la Tierra.