El 21 de junio de 2017, los habitantes del hemisferio norte de la Tierra disfrutaron del mayor número de horas de luz natural en un solo día. El solsticio de verano se produce cuando el eje de nuestro planeta alcanza su inclinación máxima hacia el Sol, que se encuentra directamente sobre el Trópico de Cáncer.
El observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) de la ESA/NASA nos ha ofrecido una vista alternativa del fenómeno. SOHO lleva desde 1995 observando el Sol, estudiando su interior, vigilando su superficie y su tormentosa atmósfera, así como la forma en que el ‘viento solar’ sopla a través del Sistema Solar.
Este montaje de imágenes muestra nuestro Sol a primera hora de la mañana del 21 de junio a distintas longitudes de onda de luz ultravioleta, correspondientes a distintas temperaturas de la materia solar.
De izquierda a derecha, la materia más brillante de cada imagen corresponde a temperaturas de 60.000–80.000, 1 millón, 1,5 millones y 2 millones de grados, respectivamente. Cuanto mayor es la temperatura, mayor es la altura que se ve en la atmósfera solar. Las áreas más calientes resultan más brillantes, mientras que las más oscuras son relativamente más frías.
De vuelta en la Tierra, el Sol ahora está comenzando a realizar un trayecto más bajo por el cielo cada día. El solsticio de invierno se producirá dentro de seis meses, el 21 de diciembre, cuando el eje de la Tierra esté inclinado lo más lejos posible del Sol. Con nuestra estrella directamente sobre el Trópico de Capricornio, el hemisferio norte experimentará el número más bajo de horas de luz por día. En el hemisferio sur sucede exactamente lo contrario, donde el 21 de junio marca el solsticio de invierno y el 21 de diciembre, el de verano.
¡Y no olvidemos que nunca se debe mirar al Sol a simple vista sin protección adecuada!